Los residuos electrónicos generan más de 2.000 empleos en Colombia

Con los avances de la ciencia y la tecnología las compañías han tenido que ocuparse de los residuos que genera la fabricación de los diferentes dispositivos y, sobre todo, de los productos que quedan obsoletos. Para mitigar el impacto ambiental, se han llevado a cabo iniciativas como JERApp en México, que recoge los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE o ‘ewaste’).

En Colombia -líder en reciclaje de desechos electrónicos– se espera que se generen 49,8 millones de toneladas de RAEE para 2018. Sin embargo, para alcanzar esta cifra es necesario contar con colaboradores que traten de forma adecuada los RAEE. Esto debido a que el mal manejo de los residuos representa un riesgo para la salud y el medio ambiente. Además de que se incorporan algunas partes nuevamente al ciclo económico.

El empleo de los RAEE en Colombia

Desde el inicio de la gestión de RAEE en Colombia se han generado cerca de 2.600 empleos. Además, EcoCómputo, empresa de tratamiento de RAEE, asegura que en los últimos 6 años se ha demostrado que una gestión adecuada de desechos es esencial para mantener una economía sostenible. Así mismo, se han tratado cerca de 11.500 toneladas en Colombia.

Este trabajo ha generado empleo en ciudades como Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Medellín y Pereira. Con empleos que van desde la logística, que organizan eventos para recolectar RAEE. Hasta operadores, que desensamblan los residuos para separar los materiales según su tipo.

Por su parte, Edgar Erazo, director ejecutivo de EcoCómputo, asegura que es posible generar más empleos en el sector de producción debido a que el reciclaje de estos materiales es la base para la fabricación de nuevos productos en el país y en el exterior.

Sin embargo, «para desarrollar un mercado próspero, es necesario que los productos que no están siendo utilizados lleguen a instalaciones adecuadas para su disposición», concluyó Erazo.

Imagen: Pixabay

Sharon Durán

Sharon Durán

Yo decía que quería ser astronauta, pero luego quería ser bióloga, aunque estaba en clases de danzas y teatro. Descubrí que quería una vida donde pudiera ser de todo y el periodismo ha sido la luz que me ha llevado a explorar la ciencia, la medicina, el arte y la tecnología para contarle a la gente las maravillas futuristas en las que hoy ya vivimos.

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