Los nuevos Mac les dan el ‘coup de grâce’ a los discos ópticos

Ya había pasado. En 1998, cuando Steve Jobs presentó el iMac original, hubo una omisión que llamó tanto la atención como todas sus adiciones: era el primer computador personal orientado al mercado de consumidores que no tenía unidad de disquete de 3,5 pulgadas. ¿Los recuerdan? Esos discos cuadrados de acrílico, cuya solapa de metal solía quedarse atrapada en la unidad. Apple decidió sacrificarlos e incluir una unidad USB. Años después, todos los fabricantes de PC siguieron la tendencia.

En 2008, cuando Jobs mostró el MacBook Air, lo hizo de nuevo. Esta vez, la víctima fue la unidad de DVD. En ese momento se entendía como un esfuerzo para que fuera posible acoplar una CPU completamente funcional en una carcasa de menos de dos centímetros de grosor, pero la omisión no estaba llamada a ser una excepción.

Es que Apple nunca ha sido muy amiga de estas unidades. No hay un solo Mac en la historia que haya incluido una unidad de Blu-Ray de fábrica. Y nunca lo habrá. El nuevo iMac es tan delgado gracias, en parte, a la remoción de sus unidades de discos ópticos. El más reciente Mac Mini, que no tiene por qué ser tan esbelto, tampoco la incluye. Si no son los primeros equipo de escritorio que salen de fábrica sin esta unidad, están entre los primeros. Con toda seguridad no serán los últimos.

Si nos guiamos por la historia, esta es una prueba irrefutable del comienzo del fin de este tipo de unidades.

En una entrevista con Time, Phil Schiller, vicepresidente de mercadeo de Apple y, cada vez más, rostro público de la empresa en las presentaciones de producto, explicó las razones. «Encontramos las cosas que han superado su propósito útil. Nuestros competidores tienen miedo de sacarlas. Nosotros intentamos encontrar mejores soluciones«, dijo.

En el caso de estas unidades, ese ‘propósito útil’ es la distribución de software y contenidos. Y en esto, hace rato que los DVD quedaron obsoletos. No solo Apple, sino Windows, Amazon y Google están apostando a las tiendas en línea para su software. En el caso de los contenidos, desde iTunes hasta Xbox Music dejan de lado los soportes físicos. Con el aumento del ancho de banda y la aparición de algoritmos de compresión que sacrifican muy poco la calidad, los archivos de audio que se descargan de Internet ya pasan los estándares de los audiófilos exigentes.

Sin embargo, hay un formato cuya calidad aun impide trasladarlo totalmente a la nube: el Blu-Ray. En este caso, Schiller dice que Apple prefiere hacer el sacrificio:  «Blu-Ray tiene problemas que no tienen que ver con la calidad de las películas, que lo hacen una tecnología compleja y no tan genial«.

Muchos de esos problemas son inherentes a todos los dispositivos que usan partes movibles: «son mecánicos, a veces se rompen, usan energía y son grandes«. Todo lo contrario a lo que los fabricantes de computadores han estado persiguiendo por años.

De todos modos, siempre existe la posibilidad de comprar una unidad externa que se conecta por USB. Algunos lo han hecho, pero muchos de los dueños de MacBook Air -y luego de Ultrabooks con Windows- simplemente continuaron sus vidas sin usar CD ni DVD en sus computadores. Tal como con los venerables discos de ‘tres y media’.