Carta al niño Jobs

JAVIER MÉNDEZ
EDITOR DE TECNOLOGÍA

Querido niño Jobs, te escribo esta carta porque en algunos sitios web dicen que este 9 de junio posiblemente enviarás a este mundo una nueva versión de tu bien amado teléfono iPhone.

Algunos blogs afirman que será un celular 3G, tecnología que olvidaste incluir, seguramente por un descuido involuntario, en la primera versión. No sé si creerles porque sé que eres muy celoso con tus secretos (has llegado al extremo de demandar a bloggers por sus indiscreciones sobre productos que no han llegado al mercado). De hecho, aparte de lo de 3G, nadie tiene información real sobre qué traerá el nuevo iPhone, y por eso me he tomado el atrevimiento de enviarte una lista de peticiones. Como tú todo lo puedes, espero que alcances a incluirlas.

Pero antes debo confesarte que he pecado. Vivo en un país que quizá consideras un poco subdesarrollado, y por eso aquí el iPhone no se vende oficialmente. Lo malo es que tuve pensamientos incorrectos, deseé el teléfono del prójimo y conseguí un iPhone en otro país para luego desbloquearlo en Colombia.

No te contaré si lo desbloqueé yo mismo con esas inmorales herramientas que crean los endemoniados hackers de Internet, o si pagué por ello; es mejor que eso lo hablemos tú y yo solos, y que quede como un secreto de confesión. El punto es que llevo meses usándolo y, aunque todos los alaban, le he encontrado algunos defectos que, si no es una herejía, desearía que corrigieras en el nuevo iPhone:

– Menos resbaloso: el iPhone tiene una apariencia soberbia, con su piel metálica lisa, suave, impecable, inmaculada… Pero se te fue la mano: es tan terso que se resbala, y el mío ha terminado más de una vez en el piso. De pronto ayudarían unos bordes rugosos, así no sean tan pulcros.

– Radio FM: como en este divertido país que me regalaste al nacer pasan tantas cosas raras, los colombianos somos muy aficionados a la radio, y yo más por ser periodista. Pero desde que tengo el iPhone debo cargar un apestoso radio viejo porque tú decidiste no incluirle radio FM, algo que hasta los teléfonos más básicos tienen. Alguna razón tendrás que yo no he descifrado (es probable que odies a Julio), pero si solo fue un descuido, por favor concédenos la radio.

– Despertador: no me gusta dormir con el celular prendido. Me preocupa el efecto de sus ondas de radio (soy un poco hipocondríaco) y además prefiero que las malas noticias me las den cuando estoy bien despierto (soy un poco fatalista). Pero como la alarma del iPhone no funciona si está apagado, ahora tengo que usar un radio reloj del siglo pasado para levantarme en las mañanas. ¿Podrías cambiar eso?

– Una mala señal: así como a veces me cuesta escuchar tu voz durante la oración, también tengo problemas para escuchar la voz de los que me llaman. He probado con dos operadores, así que creo que es una limitación del teléfono. Deberías mejorar ese detalle que, durante la creación de esta obra maestra del diseño, de pronto consideraste que era poco relevante en un teléfono.

– Bluetooth menos sectario: he estado a punto de ahorcarme en mi carro con el manos libres incluido, cuyo cable a propósito es muy corto, porque tu iPhone parece renuente a aceptar los manos libres inalámbricos que no sean de marca Apple. Yo no quiero comprar uno porque ya pagué por dos de otra religión, llamada Motorola. ¿Será posible que tu Bluetooth acepte los manos libres de esos gentiles?

– Tarjetas flash: supongo que en tu inmensa sabiduría pensaste que 8 GB de capacidad eran suficientes, y por eso no necesitábamos una ranura para tarjetas flash. Quizá te suene un poco promiscuo, pero me encantan esas ranuras. Es solo para no tener limitaciones de capacidad. Me imagino que el nuevo iPhone será de más de 8 GB, pero igual me gusta tener la opción de elegir, ya que tu enviados me han reforzado mucho el cuento ese del libre albedrío.

– 3G: todavía no sé si quiero que sea cierto el rumor de que el nuevo modelo será 3G, debido a que mis envidiosos compañeros de oficina, que no tienen un iPhone, se burlaron de mi compra: la razón es que acababa de pagar más de 400 dólares por el iPhone cuando Comcel lanzó redes de tercera generación en el país.
Aunque pensándolo bien, solo para poder usar esas redes de alta velocidad con el excelente navegador del iPhone, no me molestaré por tener que pagar cientos de dólares por el modelo 3G apenas seis meses después de haberlos pagado por el anterior; gracias a Dios, o sea a ti, el dólar está muy barato.

– Aplicaciones: sé que te gusta hacer las cosas por tu cuenta, pero sería bueno que terceros pudieran crear programas para el iPhone, así sean menos perfectos que los tuyos, ya que hay muy pocos disponibles. También sería justo que ellos los pudieran vender o regalar libremente en Internet -como hacen los creyentes de sectas profanas como Symbian y Windows Mobile-, en lugar de tener que ofrecerlos exclusivamente a través de tu tienda en línea, como lo tienes pensado. Parte de la razón, querido niño Jobs, es que tu tienda iTunes no funciona en Colombia, así que me ha tocado bajar programas de sitios web non sanctos, que podrían tener más plagas que Sodoma y Gomorra.

Se me acabó el espacio, así que te envío mis respetos y espero que escuches mis ruegos. Amen.

 

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