Un robot de seguridad derribó a un niño de dos años

El robot no se dio cuenta de que había tumbado al niño.
El robot no se dio cuenta de que había tumbado al niño.
El robot no se dio cuenta de que había tumbado al niño.

Aunque se crea que los robots reemplazarán muchos de los empleos de los humanos, como ya comenzaron a hacer varias compañías, aún estamos muy lejos de confiar por completo en la ‘mano de obra robótica’. Así lo demostró un caso en Estados Unidos, en el que un robot oficial de seguridad en un centro comercial en Sillicon Valley tumbó a un niño mientras hacía su recorrido por el lugar, según reportó el medio local ABC7. El robot golpeó a Harwin Cheng, un niño de 2 años. Cheng no resultó herido gravemente, aparte de un rasguño en su pierna, pero según The Verge este incidente es una violación a la primera ley de la robótica de Isaac Asimov: “Un robot no lastimará a un ser humano, o por omisión, permitirá que un ser humano se lastime”.

Según los padres del niño, el robot chocó con Harwin, golpeó su cabeza, lo que causó que el niño se cayera al piso. Pero el robot no se detuvo, sino que siguió andando. Los padres aseguran que el robot pasó por encima del pie de Harwin y causó que se le hinchara.

El robot se llama Knightscope K5, que mide metro y medio de altura, pesa unos 136 kilos, y comenzó sus pruebas en el centro comercial el año pasado. El robot usa varios sensores y cámaras para monitorear lo que le rodea. Los guardias humanos pueden dirigirlo a ciertas ubicaciones para que revise qué está pasando, y el robot debe reportar cualquier actividad inusual a la estación central de seguridad.

Aún no se sabe qué pasará en cuanto a este incidente, que aunque no fue grave, podría traer consecuencias para la compañía que hace estos robots. A pesar de que contratar al K5 cuesta solo 6,25 dólares la hora, que es mucho más barato que el salario mínimo en California, es probable que por ese incidente las personas estarán menos dispuestas a contratarlos, por el riesgo que acarrea. 

Imagen: Knightscope. 

 

Susana Angulo

Susana Angulo

Antes de Internet ya me gustaban la música clásica, los animales,
cocinar postres, y leer cuentos de terror. La tecnología me ha
permitido ahondar en estas y tantas otras pasiones, que sería un error
pensar en la cultura digital como tema exclusivo de 'geeks'. Soy
periodista de la Universidad del Rosario.

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