“A thing that doesn’t change with time is a memory of younger days”

Cada entrega de ‘The Legend of Zelda’ tiene un punto clave que marcó importancia en el desarrollo y evolución de los videojuegos. El primer juego creado por Shigeru Miyamoto introdujo un acercamiento a cómo se podría desarrollar un mundo abierto con el poder de las consolas de esa época y, más importante, fue el primer juego que permitía guardar la partida para poder descansar y continuar la aventura en otro momento.

Los juegos de Zelda siempre están en la cima de todos los rankings que hay en internet. Para nosotros, sin duda, entra entre los 25 mejores de la historia, pero la pregunta es: ¿en qué puesto? Ingresa a nuestra herramienta interactiva para crear tu propia lista y encontrar cuál es el mejor videojuego de la historia. 

De ahí en adelante, cada entrega fue marcando el ejemplo de cómo mezclar un mundo de exploración con el sistema de calabozos y rompecabezas que permiten desarrollar la historia y tener al jugador cautivado en ese universo. Pero, entre todas las entregas de la saga, elegimos ‘The Legend of Zelda: Ocarina of Time’ por ser uno de los mejores exponentes de tantos años de desarrollo y por introducir un elemento que cambiaría la forma en que se desarrollarían los juegos en 3D: un sistema de anclaje de mira que simplificó los sistemas de combate en entornos tridimensionales.

‘OoT’ logró vender más de 7,6 millones de copias a nivel mundial y es una de las razones por las que ha sido portado a las consolas virtuales de Nintendo. Además, se hizo un remake especial para el Nintendo 3DS que agregó mejoras en el trabajo gráfico e introdujo nuevas funcionalidades al juego.

Esta entrega fue muy alabada por la crítica, que ha destacado su construcción de escenarios, el colorido del juego, el nivel de detalle de los personajes (en especial por el trabajo de expresiones) y la historia tan cautivante que lleva al héroe del tiempo a recorrer los templos y calabozos para salvar a Hyrule de los malignos planes de Ganondorf. El sistema de fijación de mira fue revolucionario para una época donde el 3D comenzaba a explorarse, en la que apuntarle o seguir a un personaje era mucho más complicado y poco intuitivo. A partir de esta entrega, muchos shooters, plataformas y demás copiaron el sistema para poder mejorar la experiencia de juego.

Otro de los puntos fuertes que cualquier jugador puede alabar de esta entrega es el diseño de escenarios, que sacaba al máximo la destreza de cada jugador y nos ponía a pensar en cómo resolver cada calabozo con sus complejos rompecabezas. Algunos sufrimos por horas con el maldito Water Temple. Sin embargo, esta entrega siempre nos invitaba a explorar cada rincón, desde los áridos escenarios en Gerudo Valley hasta oír con detenimiento de dónde viene la música para encontrar el camino correcto en The Lost Woods.

Siempre tendré mucho amor por esta entrega. No olvidaré la emoción de explorar este fascinante mundo por primera vez. Tampoco puedo contar el número de veces que he repetido la historia, tratando de ver cuán intuitivamente puedo pasar cada calabozo y templo en tiempo récord, e intentando recordar cada evento y misión complementaria para terminarlo al 100%. No olvidaré las pesadillas cuando oí por primera vez los gritos de los ReDeads. Y jamás dejaré de sentir emoción al oír la música compuesta por Koji Kando.

Imágenes: Nintendo y Moddb.