La inteligencia artificial está transformando la forma en que los usuarios encuentran y consumen información en línea, y esto ya impacta directamente en el SEO. Herramientas como los AI Overviews de Google —resúmenes generados por IA que aparecen directamente en los resultados del buscador— ofrecen respuestas rápidas sin necesidad de visitar otros sitios. Estudios recientes de Ahrefs indican que esta función puede reducir hasta en un 35 % el porcentaje de clics hacia páginas externas (CTR, o Click-Through Rate). En este contexto, medios digitales, marcas y creadores de contenido deben replantear sus estrategias de SEO para mantener su visibilidad en un entorno cada vez más automatizado.
El experto en SEO: entre datos, estrategia y adaptación
El especialista en SEO (optimización para motores de búsqueda) debe hoy entender más que algoritmos. Herramientas como Sistrix —plataforma que analiza la visibilidad de los sitios en Google— permiten detectar qué consultas generan resultados automáticos. Así, los editores pueden decidir si competir por esos espacios o enfocar su contenido en áreas menos dominadas por la IA. Este cambio de enfoque transforma al experto en un analista estratégico, cuya labor combina conocimiento técnico con interpretación editorial.
Contenido útil, contexto claro y experiencia de usuario
Aunque los textos generados con inteligencia artificial pueden ser útiles, Google prioriza el contenido que responda de forma clara y precisa a la intención del usuario. Esto no solo implica escribir bien, sino también cuidar aspectos técnicos como la estructura del sitio, el tiempo de carga, la jerarquía de títulos o el uso de imágenes optimizadas (archivos livianos y con descripciones adecuadas para los motores de búsqueda). Todo esto mejora la experiencia de usuario, un factor cada vez más valorado por los algoritmos de posicionamiento.
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Clics, datos y decisiones editoriales informadas
El crecimiento de las búsquedas de clic cero —consultas donde el usuario encuentra su respuesta sin salir de Google— cambia la forma en que se mide el éxito. El uso de herramientas como Google Search Console (plataforma gratuita para monitorear el rendimiento de un sitio en los resultados de búsqueda) o Sistrix permite analizar qué temas retienen visibilidad y cuáles han perdido terreno. Esta información ayuda a los equipos editoriales a tomar decisiones con base en datos reales, más allá del volumen de visitas.
Nuevas formas de competir en el entorno digital
El SEO ya no se limita a Google. Plataformas como YouTube, TikTok o Instagram también tienen motores de búsqueda internos. Hoy es fundamental desarrollar una presencia multicanal, es decir, distribuir contenido en diferentes espacios con coherencia temática. Además, crear un ecosistema de contenidos —artículos, videos, infografías— sobre un mismo tema mejora lo que Google interpreta como entidad: la autoridad y profundidad con la que un sitio trata un área específica. Este enfoque aumenta las posibilidades de aparecer en búsquedas relevantes.
El futuro es multicanal y multimodal
El contenido actual debe ser también multimodal, es decir, adaptado a distintos formatos: texto, imagen, video o audio. Google Lens, por ejemplo, permite buscar con imágenes; las búsquedas por voz son cada vez más comunes, y las consultas complejas a menudo exigen respuestas más visuales. En este escenario, la inteligencia artificial puede acelerar la producción y el análisis de contenidos, pero el criterio humano sigue siendo necesario para tomar decisiones editoriales y mantener la calidad a largo plazo.
Imagen: Generada con IA / ChatGPT