[#TBT] Nostalgia de años atrás: ‘Banjo-Kazooie’

Voy a empezar con una frase contundente, que estoy seguro que a muchos no les va a gustar, por lo que les pido de antemano que se calmen. ‘Banjo-Kazooie’ es mejor que ‘Mario 64’. ¿No? ¿Sí? Unos dicen que ‘Banjo-Kazooie’ fue un plagio de Mario 64; otros dicen que fue su evolución. Yo creo más lo segundo.

El caso es que el objeto de estudio esta vez en nuestro tradicional #TBT es el juego en el que los protagonistas son un desorientado oso y una suspicaz ave.

Banjo-Kazooie

El oso y el pajarraco chillón

Para empezar, ¿a quién se le ocurre poner como protagonistas de un videojuego desconocido a un oso y a un pajarraco? Rareware fue el estudio que desarrolló ‘Banjo-Kazooie’ en 1998, antes de que en 2002 fuera comprado por Microsoft. Y es que si Rare estaba detrás del proyecto, el éxito estaba casi garantizado. Esta compañía británica fundada en 1982 fue la responsable de bellezas clásicas como ‘Donkey Kong Country’ y ‘GoldenEye 007’, un par de títulos que marcaron la historia de los videojuegos.

Banjo-KAzooieLa historia de ‘Banjo-Kazooie’ empieza muy al estilo de un cuento germano de los hermanos Grimm. Gruntilda, una bruja malvada y narizona se entera, por medio de su apestosa caldera, que en la Spiral Mountain habita Tootie, una osita muy bonita. La bruja, ardiendo de los celos, le pide a su lugarteniente Klungo, un ogro color verde, que construya una máquina que permita transferir la belleza de una persona a otra. Una noche mientras Tootie está durmiendo en la casa de su hermano Banjo, es raptada por Gruntilda. Es entonces cuando Banjo y Kazooie emprenden viaje para rescatar a la pequeña.

La historia es digna de los hermanos Grimm

La mecánica del juego se basa en la exploración 3D no lineal de diferentes mundos, tal como la presentada en ‘Mario 64’ un par de años atrás. El oso y el pajarraco chillón, que siempre estaba dentro de la mochila del peludo mamífero, debían encontrar ‘Jigsaws’ (piezas de rompecabezas) para poder desbloquear y acceder a nuevas zonas dentro de Gruntilda’s Lair. Para eso, en el camino se encuentran un gran abanico de aliados, que incluso pueden llegar a ser más interesantes que los mismos protagonistas: Bottles, el topo que otorga los poderes y las habilidades; y el gran Mumbo Jumbo, el chamán con cara de cráneo, que convertía a Banjo y a Kazooie en una termita, un cocodrilo, una pequeña calabaza, una morsa e incluso en una lavadora, cuando el hechizo le salía mal.

Una pintura digna de los maestros del óleo

El 29 de junio de 1998, hace casi 17 años, salió a la venta uno de los juegos que más recuerdos me traen de una infancia en la que lo único que importaba era levantarse temprano para prender el Nintendo 64 y jugar.

‘Banjo-Kazooie’ llegó a mi vida hace varios años, pero pareciera que fue solo hace una decena de días. Cuando tenía unos 10 años, mi mamá prometió regalarme el juego como compensación de una amarga intervención quirúrgica que debían hacerme en uno de mis pies. La verdad yo no conocía el juego, solo una vez lo vi en un BlockBuster. A mi progenitora le pareció buena idea comprarlo, pues en la carátula salían coloridos animalitos, por lo que se aseguraba de que el juego era indicado para un niño de mi edad.

Banjo-KAzooieLuego de la operación estuve en cama cerca de dos semanas, en las queno hice más que jugar ‘Banjo-Kazooie’. Identificarse con los personajes, sus habilidades y sus aventuras fue fácil. Realmente era un juego de altísima calidad que te atrapaba, mucho más que ‘Mario 64’, que había entrado a mi colección no hacía mucho. Tal vez esa sea la razón por la que prefiero al juego del oso y de la ave que al del fontanero, pero es una cuestión personal.

Cada mundo parecía un óleo del renacimiento

Más adelante, luego de unos años, cuando los emuladores para el computador eran furor, volví a jugar aquel mítico juego que tantos recuerdos me trae. Entendí que más allá de la mecánica de juego, los minijuegos, los personajes, los puzzles y de las aventuras propuestas en el recorrido, el verdadero valor de ‘Banjo-Kazooie’ radica en su diseño artístico y en la música original, compuesta por el estupendo Grant Kirkhope. Cada mundo tenía un nivel de detalle y desarrollo digno de los óleos más bonitos del renacimiento. Solo piensen en nombres como ‘Mumbo’s Mountain’, ‘Treasure Trove Cove’, ‘Freezeezy Peak’, ‘Mad Monster Mansion’ y seguro unas bonitas memorias llegarán a su cerebro.

Juan Felipe Guerrero C.

Juan Felipe Guerrero C.

Mi alma máter es la Universidad de La Sabana. Allí me gradué de Comunicación Social y Periodismo. Soy un sujeto apasionado por la industria automotriz, la cinematográfica y la musical. Fervoroso admirador del Capitán Haddock, y eterno enamorado del Ford Mustang y de Cara Delevigne.

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4 comments

  • Era un buen juego. Lo jugue en maquinitas en esa epoca pero pues jugar en maquinitas era complicado por el dinero que se gastaba uno en eso y porque cualquiera le borraba a uno los saves, el dueno del negocio era el que trataba de proteger los saves de los que jugabamos con mas frecuencia en todos esos juegos. He querido comparlo ahora que tengo un N64 auqnue aveces son complicados de conseguir tambien por el precio y la calidad en la que los venden.

    Tambien jugue el de GBA un tiempo pero ese si fue emulado.

  • Era un buen juego. Lo jugue en maquinitas en esa epoca pero pues jugar en maquinitas era complicado por el dinero que se gastaba uno en eso y porque cualquiera le borraba a uno los saves, el dueno del negocio era el que trataba de proteger los saves de los que jugabamos con mas frecuencia en todos esos juegos. He querido comparlo ahora que tengo un N64 auqnue aveces son complicados de conseguir tambien por el precio y la calidad en la que los venden.

    Tambien jugue el de GBA un tiempo pero ese si fue emulado.

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