Contar con unas instalaciones modernas en la oficina de trabajo significa ahorro para el bolsillo de un emprendedor. Hemos visto, cada vez más, que los nuevos edificios cuentan con ventanales más grandes y sistemas que les permiten a los propietarios ahorrar grandes sumas de dinero en los recibos de servicios públicos. Pero, ¿qué tan eficiente es la construcción sostenible en el mundo de la arquitectura y de las empresas?
Según el último estudio World Green Building Trends, de 2018, realizado por la firma Dodge Data y Analytics, Colombia está entre los tres países que más promueve la construcción de proyectos inmobiliarios sostenibles en Suramérica. Y la razón tiene que ver con que las compañías que deciden aplicar tendencias verdes a sus proyectos reciben beneficios económicos que pueden significar retorno de inversión o ahorro.
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«Las empresas que alcanzan una certificación sostenible tienen su retorno de inversión en la reducción del costo de los servicios públicos que pagan y en el aumento de la productividad de sus colaboradores», dijo Alejandro Fonseca, director de sostenibilidad de la firma de arquitectura y diseño de interiores sostenibles AEI.
Beneficios y reducción de costos
De acuerdo con cifras del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS), en Colombia más de 140 edificaciones cuentan con esta certificación de sostenibilidad. Igualmente, esperan que para el próximo año el mercado de la construcción sostenible crezca a una tasa anual de 10%, al menos. Por ejemplo, el que un emprendimiento o empresa logre una certificación Leed y Edge para el servicio del agua, logra una reducción del 20% de los costos operacionales, a diferencia de proyectos convencionales donde la sostenibilidad no está presente.
«Nosotros medimos que el consumo por persona mensual de agua ronda los 0,9 metros cúbicos de agua al mes. Mientras tanto, los proyectos convencionales se encuentra entre 1,35 a 1,62 metros cúbicos mensuales», explicó Fonseca.
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De igual forma, la legislación colombiana ha promovido las tendencias de construcción sostenible en empresas a través de la concesión de beneficios tributarios y procedimientos estandarizados de integración al sistema energético del país. Por ejemplo, la ley 175 de 2014 promueve la incorporación de energías renovables y limpias al sistema eléctrico del país, ofreciendo beneficios tributarios en renta, IVA, aranceles y depreciación de activos.
«Quien invierte en un proyecto de construcción sostenible tiene un valor agregado frente a su competencia a la hora de comercializar su inmueble en el mercado», concluyó Fonseca.
Imagen: AlexLMX (vía iStock).
