La inteligencia artificial (IA) no es solo una herramienta emergente, está eliminando por completo ciertas profesiones. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), alrededor del 60 % de los empleos en economías avanzadas están “expuestos” a la automatización por IA. Para la Generación Z, trabajar en estos oficios no es una apuesta, es prácticamente imposible.
Un icónico estudio de Carl Benedikt Frey y Michael Osborne estimó que el 47 % de los empleos en Estados Unidos eran susceptibles de automatización desde 2013. Este análisis, usado por instituciones como el Banco Mundial y la Oficina de Asesores Económicos de Estados Unidos, sirvió de base para prever cambios estructurales en el mercado laboral .
Pérdidas concretas en cifras globales
El Foro Económico Mundial proyectó que la IA y la robótica desplazarán 85 millones de empleos para 2025, aunque también creará 97 millones, aunque muchos requieran habilidades nuevas. Sin embargo, en EE. UU. sólo hasta 2025 se prevé la pérdida de 85 millones de empleos en atención al cliente y tareas repetitivas . Además, según PwC, para 2030 se podrían automatizar 73 millones de empleos en EE. UU.
En Reino Unido, entre 2017 y 2037, la IA podría eliminar 7 millones de empleos, aunque también generaría 7,2 millones. La cifra revela una transición masiva: profesiones y tareas desparecen, pero otras emergen.
Oficios que ya no existen y los jóvenes ya ni los conocen
Los taquígrafos, piezas clave en juzgados y congresos, han sido reemplazados por sistemas de reconocimiento vocal con alta eficacia. Las nuevas generaciones ni saben quiénes eran.
Los correctores humanos, foco de IA como Grammarly o DeepL, han visto su rol transformado. Grammarly, por ejemplo, corrige gramática y estilo en tiempo real, reduciendo drásticamente la necesidad de revisiones humanas.
También han caducado los dibujantes de planos manuales: los programas de diseño asistido (CAD) y ahora sistemas de IA generan planos completos, optimizados y listos para fabricar, sin un trazo humano.
Entre los desplazados creativos, los ilustradores conceptuales enfrentan sustitución. Herramientas como DALL·E y MidJourney crean bocetos rápidos para cine, publicidad y videojuegos en segundos.
Y ni qué decir de los traductores básicos: la IA superó ya la traducción de correos y documentos simples. El FMI clasifica la traducción rutinaria como trabajo “expuesto” a la IA.
¿Desempleo masivo o reconversión acelerada?
La exposición de la fuerza laboral estadounidense a la IA ha sido cuantiosa. Un estudio de LLMs (modelos de lenguaje como GPT‑4) detectó que del 80 % de la fuerza laboral, al menos el 10 % de sus tareas podía verse afectado y entre un 19 % vería un impacto superior al 50 %.
En tanto, Annie Amodei, CEO de Anthropic, advierte que la IA podría eliminar hasta el 50 % de empleos de nivel inicial en áreas administrativas y técnicas, elevando la tasa de desempleo al 20 % en EE. UU. en cinco años.
No todos los estudios pintan un panorama completamente sombrío. Un informe de la OCDE analiza datos de 2010–2018 y no halló en esas fechas un impacto neto de la IA en la reducción de empleo agregado . La clave, según estos análisis, es que aunque se automatizan tareas, también surgen oportunidades, siempre que haya reconversión profesional.
El propio estudio de Frey y Osborne, con un enfoque parcial, reveló que la IA es más proclive a automatizar roles rutinarios, pero también puede complementar profesiones complejas.
La Generación Z y los trabajos del olvido
Para los nacidos tras el 2000, profesiones como taquígrafo, corrector humano, dibujante a mano e incluso traductor básico serán conceptos teóricos. ¿La razón? El mercado ya no las demanda, y esas funciones ya existen en las máquinas.
El reto no termina en aceptar una realidad sin esos oficios. Implica también prepararse: la supervivencia profesional hoy exige adquirir habilidades como diseño de prompts, ética de IA, resolución de problemas complejos y supervisión de algoritmos.
Los estudios del FMI, OCDE, WEF y pioneros como Frey y Osborne coinciden: la automatización no es el futuro, es el presente. La IA ha suprimido profesiones, desplazado tareas repetitivas y requerirá la adaptación continua de las nuevas generaciones.
Para la Generación Z, no se trata solo de elegir una carrera: es aprender a convivir con la IA. Las posibilidades para ejercer algunos oficios ya son nulas. Quienes lo comprendan hoy tendrán la oportunidad de reinventarse mañana.
Imagen: Comercio FG