Dell se aleja de la mano dura de Wall Street con una inversión de 24.400 millones de dólares

Cuando el río suena piedras lleva. Eso parece ser el caso del fabricante de computadores Dell. Hace unos días publicamos que la compañía estadounidense tenía planes de recomprar sus acciones y dejar las turbulentas aguas de Wall Street. Pues este martes Dell anunció que comprará todas sus acciones en el mercado financiero a 13,65 dólares por acción, un premium de 25% frente al valor listado en NASDAQ cuando se congeló el precio el 11 de enero. La jugada fue financiada por el mismo Michael Dell, su firma de inversión MSD Capital, la empresa de capital privado Silver Lake y por Microsoft, que puso 2.000 millones de dólares.

En total, el negocio tiene un valor de 24.400 millones de dólares y le devolvería el control de la compañía a su fundador. Para que se finalice la transacción falta «la aprobación de otros miembros afiliados», explicó Forbes. La junta directiva de Dell aprobó la transacción en horas de la noche de ayer lunes; que contó con la voz del CEO, más no su voto, como reportó The New York Times.

«Creo que esta transacción abrirá un nuevo emocionante capítulo para Dell, nuestros clientes y los miembros del equipo», dijo Michael Dell, que seguirá como timonel de la compañía, en un comunicado publicado por AllThingsD.

Microsoft fue instrumental en la ejecución del negocio. Para ellos, el éxito de Dell es primordial para el desempeño de Windows 8, ya que Dell es uno de los fabricantes de computadores más importante del mundo. La compañía de Redmond confirmó su participación en el negocio a través de un comunicado de prensa republicado por Engadget. «Estamos en una industria que está evolucionando constantemente. Como siempre, seguiremos mirando oportunidades para apoyar a nuestros socios que están comprometidos con la innovación», aseguró Microsoft.

Según datos recopilados por Bloomberg, la ‘privatización’ es la transacción más grande en Estados Unidos desde la crisis de 2007.

Michael Dell fundó la compañía con 1.000 dólares en su dormitorio de la Universidad de Texas en 1984 y la convirtió en el fabricante más importante de PC en el mundo. Siguiendo el camino trazado por Steve Jobs, Dell perdió la presidencia de su compañía en 2004 cuando le entregó el primer puesto del mercado PC a HP. Después, en 2007, Dell volvió reconvertir la empresa de un simple fabricante de computadores a una compañía con varios productos y servicios de infraestructura empresarial.

No obstante, Dell ha sino uno de los mayores afectados con la revolución móvil. La empresa tejana actualmente ocupa el tercer lugar detrás del gigante chino Lenovo y de HP, uno de sus eternos rivales, con solo el 10,6% del mercado.  Además, Dell no ha podido aprovechar la era móvil y se ha visto opacado por compañías como Apple y Samsung.

Esto se ha visto reflejado en el precio de la acción, que ha perdido más de un 33% en los últimos cinco años.

¿Qué viene ahora? Aunque para la mayoría de startups tiene como objetivo final llegar a la bolsa y ‘cash out’, el hecho de estar lejos de Wall Street tiene varios beneficios. Sin tener la presión de publicar los resultados financieros cada trimestre, Dell puede apostar a proyectos mucho más largos. El mercado financiero ejerce una presión tremenda sobre las compañías para mostrar resultados a corto plazo y castiga fuertemente las inversiones a largo plazo.

Dell, sin tener dicha presión, podrá tomarse el tiempo necesario para ejecutar sus estrategias y meterse en proyectos riesgosos sin tener los ojos de Wall Street encima. «Salirse de Wall Steet le permite a Dell tener el tiempo y el espacio necesario, sin tener que explicar a los impacientes accionistas porque no ha fabricado un mejor iPad», concluyó InfoWorld.

Es claro que Dell tiene que cambiar. Actualmente está como un recién graduado; no sabe muy bien para dónde coger y no sabe muy bien qué le ‘gusta’. La compañía está parada frente a un tenedor de tres puntas y no sabe qué camino recorrer.

Dell fabrica computadores, pero ese mercado ya está saturado y se ha ‘commotizado’, o sea que básicamente todos los fabricantes hacen productos similares. Cambiar un HP por un Dell no es gran cosa. Por otro lado, Dell ha tratado de seguir la estrategia de IBM al adquirir varias compañías para tener un portafolio de servicios en la nube, pero Forbes critica esta estrategia: «Dell debería dejar de tratar de ser un IBM de segunda categoría».

Finalmente, Dell tiene la opción de entrar al competido mercado móvil, uno de los más voraces y complicados del mundo de tecnología hoy en día. Solo hay que ver la experiencia de BlackBerry, Nokia o Sony para darse cuenta.

La movida de ‘privatizarse’ le permite a Dell analizar y tomar el mejor camino para la compañía. Anteriormente, la decisión para la empresa no necesariamente estaba alineada con los accionistas. Ahora, sin los escrupulosos ojos de Wall Street, Michael Dell y su equipo tendrá un campo de acción mayor. Además, para cerrar, queda otra pregunta. ¿Cuál será el papel de Microsoft en todo esto? Steve Ballmer no da puntada sin dedal, y después de todo el esfuerzo del Surface, se profundiza la interrogante de Microsoft como un fabricante de hardware.