La experiencia de Kenia en e-Learning deja lecciones para Latinoamérica

Para finalizar el cubrimiento del II Congreso Mundial de e-Learning, hablamos con el keniano Andrew Gakiria, quien nos comparte la experiencia exitosa en su país para masificar el e-Learning a partir de la unión del gobierno, la empresa privada y la población civil.
Con un amor inmenso por su patria, nos compartió la experiencia del e-Learning en Kenia, que puede ser muy útil en América Latina.

Una de las partes más importantes del II Congreso Mundial de e-Learning fue la de compartir experiencias de diferentes lugares del mundo, y en este caso Andrew Gakiria, coordinador nacional de Centro de e-Learning de Kenia en Africa, habló de las similitudes que tienen Colombia y otros países latinoamericanos con su nación, y cómo lo que han vivido ambas regiones puede ayudar a crear políticas más fuertes en el aprendizaje virtual.

Por ejemplo, Colombia y Kenia tienen algunas cosas en común: un número de habitantes similar (46 millones y 35 millones respectivamente), climas similares al encontrarse en la zona ecuatorial y una geografía que incluye varios ecosistemas, entre otros. Por ello, la experiencia de Kenia en su implementación de programas de e-Learning que incluyan a jóvenes de las ciudades y a la población rural no es tan lejana como se podría suponer, y puede ser guía exitosa para el país y para otros en desarrollo.

“Si se quiere hacer una economía de conocimiento, lo que primero se debe hacer es una organización de aprendizaje: la idea es estar abierto, y esto requiere un cambio en el paradigma. La educación no solo se da en las instituciones educativas, y el e-Learning da la posibilidad de aprender de otras maneras”, comienza Gakiria para hablar sobre la experiencia en su país.

En Kenia, el 60% de la población está por debajo de los 30 años, por lo que la educación es uno de los puntos más importantes para su desarrollo. Representa un reto, pues hay que entender esta generación: “La gente joven, los llamados nativos digitales, están metidos en los bytes, ellos viven en el mundo digital. Nuestros hijos tienen más conocimientos y se sienten más cómodos con la tecnología. Adictos a Internet, a veces con habilidades sociales pobres, tienen poco tiempo para una vida saludable, no siguen órdenes y rompen las reglas. Pero también pensamos que los jóvenes son una fuerza para el cambio”.

Por eso, la educación virtual apunta a una generación de redes, que ya no usa Internet para búsquedas, sino que interactúa e intercambia conocimientos. Para los ciudadanos del futuro, los centros de aprendizaje deben surgir de iniciativas de varias partes. La idea es proporcionar consejos, asegurar la calidad y ayudar en la formulación de políticas y conocimiento. Hay muchos retos como la organización, pues se necesita un orden, financiación y compromiso.

Diana Luque Lavado

Diana Luque Lavado

Escribir me ha llevado por muchos lugares en la vida y ahora estoy escribiendo sobre tecnología, que no es un tema nuevo para mí. Mi vida digital comenzó con mi primer blog en 2006, he pasado por muchas redes y he tenido muchos nicknames.

La conclusión siempre es la misma: la tecnología está para hacernos la vida más fácil.
Acá espero poder hablar también de la motivación de mi vida, el audiovisual. Todos los avances tecnológicos han afectado no únicamente la forma de hacer cine, televisión o videos; también la forma de contar historias. Lo normal en un perfil es decir que estudié Cine en la Universidad Nacional de Colombia, soy guionista y que ahora estudio Literatura en la Universidad Javeriana. Pero prefiero que sepan que soy docente de corazón y que vivo mi vida con pasión. Eso se refleja desde mis escritos, pasa por las clases, y llega hasta Depeche Mode, The Big Bang Theory, Dexter y el té.

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