Un juez británico decretó este viernes que la aplicación Uber no rompe la ley británica, pues la forma en la que mide sus tarifas es legal en ese país. El juez se pronunció luego de que Transport for London (TfL), la autoridad de transporte de la capital británica, le pidiera un concepto sobre el tema. La capital británica ha sido sede de protestas contra la aplicación por parte de los taxistas.
La pregunta concreta era si la funcionalidad de la que aplicación con la que se calculan las tarifas era o no un taxímetro, el dispositivo con el que los clásicos taxis londinenses miden la tarifa según la distancia recorrida y el tiempo de espera. De serlo, Uber estaría violando la ley de transportes de Londres, pues allí solo los taxis con licencia autorizada pueden usar taxímetros.
Como reporta Cnet, el juez dijo que las diferencias entre la app de Uber y un taxímetro «son significativas«, pues la definición de un taxímetro no incluye a «un dispositivo que recibe señales de GPS en el transcurso de un viaje, y que envía datos de GPS a un servidor externo al vehículo«.
Uber no es un taxímetro
Sin embargo, Uber afronta otras amenazas por parte de los reguladores londinenses. TfL está estudiando la posibilidad de obligar a los pasajeros que prestan el servicio a través de Uber a una espera mínima de cinco minutos entre el momento de pedir el servicio y el de ser recogido. Y el alcalde de la ciudad, Boris Johnson, está estudiando la posibilidad de limitar el número de ‘private hires’, es decir, de vehículos que se contratan privadamente para prestar el servicio de transporte (que podría duplicarse desde las cifras de 2010) y de prohibirles a los pasajeros compartir una tarifa.
En una declaración en el blog oficial de Uber, el director de la empresa en el Reino Unido, Jo Bertram, dijo que la decisión del juez es «una buena noticia para los londinenses y una buena noticia para el sentido común«, y aseguró que las medidas propuestas de Johnson y TfL «serán malas para los usuarios porque harán la experiencia más lenta y la app más pesada de usar, malas para los conductores porque limitan sus opciones, y malas para Londres, porque restringirán la habilidad de todos de compartir un viaje en la ciudad«.
Imagen: ENTER.CO.
