Microsoft acaba de confirmar lo que muchos usuarios de Windows 10 temían, el fin del soporte oficial, sin embargo, para alivio de quienes aún no están listos para cambiar de equipo o sistema operativo, la compañía anunció que ofrecerá actualizaciones de seguridad extendidas (ESU) de forma gratuita durante un año más.
El soporte para Windows 10 finalizará oficialmente el 14 de octubre de 2025: a partir de esa fecha, los equipos que sigan usando este sistema operativo dejarán de recibir actualizaciones de seguridad, lo que los hará más vulnerables a virus, malware y ciberataques.
Para evitar ese escenario, Microsoft ofrecerá a los usuarios la posibilidad de inscribirse en el programa ESU y continuar recibiendo parches críticos de seguridad hasta octubre de 2026.
Lo interesante es que, por primera vez, Microsoft habilitará opciones gratuitas para acceder a estas actualizaciones. Los usuarios podrán elegir entre sincronizar su configuración con la nube mediante Copia de Seguridad de Windows, canjear 1000 puntos de c o, en última instancia, pagar 30 dólares. Esta medida, que comenzará a implementarse en julio y se extenderá gradualmente, busca facilitar la transición sin imponer un costo inmediato.
Sin embargo, este “año de gracia” no debe interpretarse como un permiso para ignorar la necesidad de actualización. Las actualizaciones gratuitas solo cubren el aspecto más crítico: la seguridad. No habrá nuevas funciones, mejoras de rendimiento ni soporte técnico, lo que puede traducirse en aplicaciones obsoletas, incompatibilidades y limitaciones en el uso diario.
Además, la estrategia de Microsoft está claramente orientada a impulsar la adopción de Windows 11 y su ecosistema de nuevas PC con inteligencia artificial, conocidas como Copilot+.
La compañía no oculta su apuesta, 2025 será “el año de la actualización”. Los nuevos dispositivos prometen mayor velocidad, seguridad avanzada y experiencias potenciadas por IA, pero el requisito técnico deja por fuera a millones de equipos actuales.
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De hecho, la aplicación PC Health Check permite verificar si un dispositivo con Windows 10 es elegible para actualizarse a Windows 11. Los requisitos, como el chip TPM 2.0 o procesadores recientes, dejan a muchos usuarios en una encrucijada: actualizar su equipo, invertir en nuevas licencias o seguir usando Windows 10, con el riesgo creciente que ello implica.
Para las empresas, el panorama es aún más complejo; aunque también podrán suscribirse al programa ESU, el costo será de 61 dólares por dispositivo, con incrementos anuales si desean extender el soporte hasta por tres años. Esta política, aunque comprensible desde el punto de vista comercial, podría significar gastos importantes para compañías con cientos o miles de equipos en operación.
La alternativa en la nube, mediante Windows 365, aparece como otra vía para migrar a Windows 11 sin necesidad de reemplazar dispositivos de inmediato. No obstante, esto requiere una inversión adicional y un cambio en la infraestructura tecnológica que no todas las organizaciones están preparadas para asumir.
En la práctica, el anuncio de las actualizaciones gratuitas para Windows 10 es una medida temporal que mitiga, pero no resuelve, el inevitable final de un sistema operativo que marcó una década.
Imagen: Archivo ENTER.CO