Toyota volvió a encender la conversación sobre el futuro de los autos. Akio Toyoda, presidente del grupo y nieto del fundador de la marca, afirmó que “las emisiones de carbono de 9 millones de vehículos eléctricos son comparables a las de 27 millones de híbridos”. El cálculo sorprende, pero tiene una lógica que la marca viene defendiendo desde hace años.
Toyoda no rechaza la electrificación, pero tampoco cree que deba ser la única vía. Según su visión, los híbridos todavía tienen mucho por aportar, sobre todo cuando se incluyen en el análisis las emisiones que genera fabricar un auto, y no solo las que produce al andar.
Ese es el punto clave, pues Toyota sostiene que si se cuenta la huella de la producción de un eléctrico —especialmente por el impacto de las baterías—, se vuelve evidente que los híbridos pueden ser más eficientes en términos de carbono, al menos en el corto y mediano plazo.
La cifra que compartió Toyoda se basa en los más de 27 millones de híbridos vendidos por Toyota desde 1997. Según la empresa, esa flota ha evitado tantas emisiones como lo habrían hecho 9 millones de eléctricos puros. Lo que quiere decir el empresario es que hay más de una forma de reducir CO₂.
Ahora bien, las críticas no tardaron. Muchos estudios apuntan a que los eléctricos, en su ciclo completo de vida útil, generan menos emisiones que los híbridos o los autos de combustión. Pero la discusión no es blanco o negro. Toyoda insiste en que la transición debe considerar lo que pasa antes y después del uso diario del vehículo.
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Mientras tanto, Toyota mantiene el liderazgo en ventas globales por quinto año consecutivo. No ha lanzado tantos eléctricos como sus competidores, pero ha ganado terreno con su estrategia de gama amplia y su experiencia en híbridos. Ejemplo de ello es el Aygo X, un modelo compacto que presume tener una de las huellas de carbono más bajas entre los autos no enchufables.
Aunque su vehículo de hidrógeno, el Mirai, no ha tenido gran éxito comercial, la marca no ha abandonado esa tecnología. Incluso ha colaborado con BMW en el desarrollo de autos con pila de combustible de hidrógeno, y planea nuevos lanzamientos en ese frente para los próximos años.
Por otro lado, Toyota no deja de lado lo emocional. Sostiene que un auto también debe ser divertido. Modelos como el Supra, el Celica y un posible regreso del MR2 demuestran que la marca sigue apostando por el diseño deportivo. Lexus, su marca premium, también prepara un deportivo con motor V8 similar a un GT3 de calle.
La posición de Toyoda es que no hay una única solución. El futuro no es solo eléctrico. También hay lugar para los híbridos, los enchufables, el hidrógeno y, en algunos casos, incluso para los motores tradicionales. Todo depende del uso, el contexto y la infraestructura disponible.
Toyota no corre la carrera como el resto. Va con otro ritmo, con una estrategia más amplia. Mientras algunos ven el futuro en una sola tecnología, la marca japonesa cree que es mejor combinar varias. El tiempo dirá qué modelo fue más efectivo, pero por ahora, Toyota sigue apostando por la diversidad tecnológica como su mayor fortaleza.
