Un día como bombero: así se preparan los héroes que enfrentan el fuego en Colombia

Colombia cuenta hoy con 20.329 bomberos, según datos de la Dirección Nacional de Bomberos. Una cifra que, aunque relevante, se traduce en apenas un bombero por cada 2.568 habitantes, en un país con más de 52 millones de personas y donde las emergencias no entienden de fronteras ni horarios.

Para entender de cerca lo que significa prepararse para enfrentar un incendio o una situación de riesgo, ENTER.CO participó en la experiencia “Un día como bombero”. Una jornada de formación que nos llevó desde Bogotá hasta San Antonio del Tequendama, Cundinamarca, a poco más de una hora y media de la capital.

La cita comenzó a las 9:00 de la mañana, bajo la guía del sargento Fabio A. Bareño, encargado de liderar el entrenamiento. Lo primero fue conocer los fundamentos que, aunque parecen simples, marcan la diferencia entre controlar una emergencia o agravarla.

En las emergencias con fuego, no todo se apaga con agua. Existen distintos tipos de incendios y aplicar el método incorrecto puede ser peligroso, e incluso mortal. Por eso, el manejo de los extintores y su clasificación es uno de los primeros aprendizajes.

Los incendios se dividen en cinco categorías: A, B, C, D y K. El fuego tipo A, por ejemplo, involucra materiales sólidos como madera o papel y puede ser extinguido con agua. Pero si se trata de un incendio tipo B, con líquidos inflamables como gasolina, o tipo C, relacionado con equipos eléctricos, el agua no solo es inútil, sino que aumenta el riesgo.

Allí entran los extintores especializados. El verde, de agua presurizada, funciona únicamente en incendios tipo A. El plateado, que contiene dióxido de carbono (CO2), es ideal para fuegos eléctricos, ya que no deja residuos ni transmite electricidad.

Por su parte, el extintor amarillo, de polvo químico seco, es uno de los más versátiles. Sirve para incendios de tipo A, B y C, sofocando las llamas y eliminando el oxígeno, clave para cortar el avance del fuego.

Tras conocer esta información, nos dividimos en grupos y llegó el momento de ponernos los trajes de bombero. Son pesados, incómodos y diseñados para resistir temperaturas extremas. En medio del calor, el esfuerzo físico se vuelve evidente.

Con los equipos listos, nos trasladamos al área de simulaciones. Allí, practicamos técnicas como el chorro directo, para atacar el fuego de forma precisa, y el chorro de protección, que crea una cortina de agua que resguarda al equipo mientras se acerca al foco del incendio.

Pero hoy, ser bombero no depende solo de la destreza física. La tecnología ha transformado la preparación y las herramientas de quienes enfrentan emergencias en Colombia y en el mundo.

Es por eso que, la Escuela 59 en Español, que se realizará en Cartagena del 11 al 15 de agosto, se ha consolidado como uno de los eventos de formación más importantes para bomberos y profesionales de emergencias en Latinoamérica.

Organizada por SACS Group en alianza con la Universidad Texas A&M TEEX, esta escuela reúne a instructores internacionales, expertos en seguridad y participantes de más de 17 países. Allí, la formación no solo es práctica, también incorpora herramientas de última generación.

“Hoy usamos realidad virtual, simuladores y software especializados para entrenar a los bomberos y a las industrias en la gestión de riesgos”, explica Carolina López, gerente técnica de SACS Consultores para Latinoamérica. “Con la tecnología podemos anticipar escenarios y preparar a las personas para responder de manera efectiva”, añade.

Los asistentes, que incluyen bomberos, jefes de planta y profesionales de industrias expuestas a riesgos, reciben formación certificada en áreas como manejo de materiales peligrosos, rescate avanzado y respuesta a emergencias en terminales marítimos e instalaciones industriales.

Además, Cartagena cuenta con un centro de entrenamiento único en el país. Allí se encuentra la única máquina de bomberos aeroportuaria privada en Colombia, que permite simular incidentes como los que podrían ocurrir en Ecopetrol o en terminales aéreos.

Para Carolina López, esta formación es esencial. “Los bomberos y los equipos de respuesta no solo deben tener fuerza y coraje, también necesitan conocimiento técnico y acceso a las mejores herramientas”, afirma.

La jornada finalizó con una retroalimentación sobre los errores comunes, la importancia del trabajo en equipo y la necesidad de capacitación continua. “Lo que vemos en los simulacros puede parecer extremo, pero es lo más cercano a la realidad”, concluye López.

La experiencia dejó en claro que ser bombero va mucho más allá del uniforme y el heroísmo. Es una labor técnica, exigente y en constante evolución, donde la tecnología y la preparación marcan la diferencia.

En Colombia, donde aún existen municipios sin cuerpos de bomberos o con recursos limitados, fortalecer la formación y el acceso a nuevas tecnologías es clave. Una tarea en la que eventos como la Escuela 59 se han convertido en aliados fundamentales.

Imagen: Archivo Particular

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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