Comprar una moto usada en Colombia siempre ha sido una apuesta riesgosa. Documentos alterados, propietarios fantasma, accidentes ocultos y traspasos que se dilatan por semanas han sido parte del paisaje informal del sector. Motai, una startup fundada por Mauricio Gil y Alex Burrowes, decidió enfrentarse a ese desorden con una propuesta que mezcla tecnología, trazabilidad, financiación y garantías, todo en una misma plataforma.
La historia de Motai no nació en un laboratorio de innovación ni en una mesa de inversión, sino tras una estafa. Mauricio Gil intentó vender su propia moto y terminó enredado en un fraude. De esa experiencia incómoda surgió la idea de construir un espacio confiable para vender y comprar motos de segunda, con datos verificables, traspasos digitales y vehículos revisados mecánicamente. Hoy, la plataforma ya opera con dos sedes físicas en Bogotá y más de 200 modelos disponibles, y se prepara para abrir una tercera locación.
El primer cambio que introduce Motai es la verificación técnica y legal de cada moto. Antes de ser publicada en la plataforma, cada unidad pasa por una revisión profunda que cubre desde el estado del motor hasta la situación jurídica del vehículo. Esa información queda registrada en el “Reporte Motai”, una ficha que detalla propietarios anteriores, historial de accidentes, multas, impuestos pendientes y antecedentes mecánicos. El comprador, entonces, no recibe solo una moto, recibe su historia.
Además, el traspaso se hace en línea y toma máximo dos días. Este sistema ha reducido a cero los casos de fraude en sus transacciones, una cifra que contrasta con las estadísticas del mercado tradicional, donde de cada diez ventas, entre seis y diez presentan irregularidades, según los cofundadores.
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Motai también ofrece garantía, un beneficio inusual en la compra de motos usadas en Colombia. Si algo falla, el cliente puede reclamar respaldo técnico. Y si no tiene cómo pagar de contado, puede solicitar un crédito desde tres millones de pesos. La financiación se adapta al perfil del comprador, sin exigir procesos bancarios engorrosos.
Según una publicación de El Espectador, este modelo no tiene comparación en el país, pues es el único concesionario que combina traspasos digitales, garantía posventa y créditos hechos a la medida. Para los fundadores, el objetivo no es solo comercial; buscan cerrar la brecha de acceso a vehículos seguros para quienes necesitan una moto como herramienta de trabajo o medio de transporte.
Motai también abre sus servicios a concesionarios y talleres que deseen apoyarse en su modelo para retomar motos usadas o conectar con compradores. La plataforma funciona como un ecosistema: además del mercado de motos, ofrece accesorios, repuestos y servicios técnicos a domicilio.
Imagen: motai
