Beam: la conectividad en movimiento

Nuestra amiga de Kansas. Imagen: ENTER.CO
Nuestra amiga de Kansas. Imagen: ENTER.CO
Nuestra amiga de Kansas. Imagen: ENTER.CO

Esta compañía nos llamó la atención porque puede representar al futuro de las comunicaciones remotas. La empresa se llama Beam y tiene una serie de pantallas móviles que pueden ser controladas a control remoto. Había varias de ellas dando vueltas por el CES y tuvimos la oportunidad de probar uno y hablar con una persona en Kansas.

Beam funciona de la siguiente manera: La pantalla está montada sobre una base que tiene ruedas y el operador puede moverla a cualquier lado. Encima de la pantalla hay dos cámaras, una para que la persona que maneja el aparato pueda ver el piso y otra para el cara a cara con el interlocutor. Según la vocera de la compañía, cada estación tiene una autonomía de ocho horas. Cuando se esté terminando la batería, la persona que opera el dispositivo tendrá que llevarlo a una estación de carga. No quedó claro que pasaría si la batería se acaba antes de llegar a donde está la energía.

Solo hay que tener una conexión de 2 Mbps (tanto de carga como de descarga) para tener una imagen de 480p. También es posible establecer una conexión con una tarjeta 4G LTE. La calidad de la imagen va aumentando a medida que vaya subiendo la velocidad de conexión. El aparato se mueve a una velocidad de 3,2 kilómetros por hora.

Cada sistema cuesta unos 8.000 dólares con la estación de carga incluida. La organización nos contó que ya tiene el producto funcionando en varios hospitales y en bodegas. De esta forma, un doctor puede estar el otro lado del país y puede hacer una consulta. Aunque es un poco impersonal, la opinión de un segundo doctor puede mejorar la salud de un paciente. En las bodegas, un supervisor puede supervisar la mercancía desde el exterior sin tener que mover un dedo.

Beam recomienda usar un computador con un procesador Intel Core i3 con 2 Ghz y una cámara HD.

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Mateo Santos

Mateo Santos

En vez de un tetero, nací con un Mac Classic en mi cuarto. Esa caja con pantalla en blanco y negro fue mi primera niñera. Por ahí, también rondaba un balón de fútbol y una camiseta de Millonarios. Desde ese día, sabía que la tecnología y el fútbol iban a ser mi estrella de Belén. El primer juego que tuve en mis manos fue Dark Castle, también en un Macintosh. No me gusta la música. Soy un amante escéptico de la tecnología. Hago parte del proyecto de ENTER.CO para llenar el vacío en información de tecnología que hay en América Latina, o como dirían los enterados, en LATAM. Me gradué de Administración de Empresas en los Andes y después hice una maestría en periodismo en la Universidad Europea de Madrid.

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