Hombre parapléjico logra caminar por un milagro de la ciencia

Si hiciéramos una paralelo entre la ciencia y la Biblia, estaríamos ante una especia de Lázaro de Betania, con la diferencia que el personaje del Nuevo Testamento es un hombre que se levantó de entre los muertos, luego de que Jesús, el nazareno, le ordenó hacerlo con un “levántate y anda”. El de esta noticia, mientras tanto, logró pararse y caminar por sus propios medios, cinco años después de un accidente en motonieve, en 2013, que le lesionó la médula espinal, lo que le impedía mover y sentir su cuerpo debajo del torso.

Jered Chinnock ingresó, en 2016, en un estudio de la Clínica Mayo y la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en Estados Unidos. Esa investigación consistía en 22 semanas de terapia física luego de las cuales se sometió a una intervención quirúrgica en la que le implantaron un electrodo que estimula las neuronas de la médula espinal para que reciban la señal de pararse y caminar, como explican los resultados del estudio, publicados en la revista Nature Medicine.

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¡Levántate y anda!

Sin embargo, el levantamiento de Chinnock no fue tan rápido como el de Lázaro de entre los muertos. Luego de recuperarse de la intervención quirúrgica, lo sometieron a 113 sesiones de rehabilitación, en las que los investigadores ajustaban las configuraciones del electrodo, que se conecta de forma remota a un controlador extremo, hasta encontrar un máximo de independencia, que le permitiera caminar con la menor ayuda posible, de acuerdo con un artículo de la Clínica Mayo.

Así, en la primera semana, Chinnock usaba un arnés para reducir el riesgo de caída. Además, los entrenadores le ayudaron a sostener sus rodillas y caderas para mantener su equilibrio y lograr estar de pie, cambiando su peso de una pierna a la otra. En esa primera etapa, el paciente debía usar espejos para ver sus piernas, ya que no había recuperado la sensibilidad.

Luego, en la semana 25, ya no necesitaba arnés y los entrenadores solo le daban ayudas ocasionales, sabía transferir peso de una pierna a la otra, impulsarse hacia adelante, mantener el equilibrio y usar breves señales verbales y algunas miradas periódicas a sus piernas.

Finalmente, y tras 43 duras semanas de terapia intensiva con electroestimulación medular, Chinnock, que ahora tiene 29 años de edad, logró caminar sobre una cinta, apoyado en un caminador con ruedas delanteras, 102 metros, lo que equivale a un campo de fútbol americano, a una velocidad de 0,20 metros por segundo. Dio un total de 331 pasos en 16 minutos.

La esperanza apenas empieza a desarrollarse

Estos datos son esperanzadores, aunque no es una solución definitiva y hay mucho trabajo por hacer. «Lo que esto nos está enseñando es que esas redes de neuronas debajo de una lesión de la médula espinal todavía pueden funcionar después de la parálisis», indicó Kendall Lee, coinvestigador principal, neurocirujano y director de los Laboratorios de Ingeniería Neural de la Clínica Mayo, citado en la página web de la entidad médica.

«Ahora creo que el verdadero desafío comienza, y eso es entender cómo sucedió esto, por qué sucedió y qué pacientes responderán», dice Kristin Zhao, otro coautor del estudio y director del Laboratorio de Tecnología Restaurativa y de Asistencia de la Clínica Mayo.

Uno de los problemas de este estudio es que, cuando apagan el electrodo, Chinnock vuelve a quedar totalmente paralizado. Mientras se lo permitan, él puede decirle a su cuerpo “levántate y anda” y, como Lázaro, le obedecen, algo que no logró en los últimos cinco años y que, a todas luces, es un verdadero milagro.

Imágenes: Clínica Mayo

Fernando Mejía

Fernando Mejía

Quise ser músico, cineasta, astronauta, científico y poeta, cuando supe que solo me alcanzaba para la última, me hice periodista en el Externado para al menos escribir de todo eso y no defraudar al niño que fui.

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