Colombia está más conectada que nunca, pero no necesariamente mejor preparada para aprovechar los beneficios de la tecnología. Aunque ocho de cada diez adultos en el país ya acceden a internet al menos una vez al mes, millones de personas siguen usando la red de manera limitada, sin explorar su potencial para el estudio, el trabajo o el desarrollo personal.
Así lo revela un reciente análisis de Ipsos Colombia, que toma como base los resultados de la Encuesta de Calidad de Vida 2023 realizada por el DANE y las proyecciones de población para este 2025. Según el estudio, el 79% de los colombianos mayores de 15 años, es decir, más de 31 millones de personas, se conectan a internet de forma regular.
El dato parece positivo a primera vista, pero cuando se examinan los hábitos digitales de los colombianos, surgen las brechas y los retos. El hallazgo más llamativo es que uno de cada tres usuarios, el 33%, solo utiliza internet para redes sociales y mensajería, principalmente desde su celular. Este grupo, denominado por los expertos como “conectores sociales”, no emplea la red como herramienta de aprendizaje, capacitación o acceso a información relevante.
Aunque el avance en cobertura y acceso es innegable, no todos los colombianos se benefician del entorno digital de la misma forma. Para muchos, internet sigue siendo solo un medio de entretenimiento o comunicación básica, sin mayores implicaciones en su vida académica o laboral.
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Además de los “conectores sociales”, el estudio identifica otros perfiles de usuarios. Un 20% son considerados “comunicadores profesionales”, personas jóvenes y con formación superior que utilizan internet para su trabajo, el estudio y el uso de servicios digitales en la nube. Otro 14% corresponde a usuarios “multifuncionales”, que aprovechan la conectividad para realizar compras, consultar información y gestionar trámites en línea desde varios dispositivos.
Sin embargo, no todos tienen las mismas oportunidades. Un 12% de los colombianos se conecta de forma ocasional, una vez a la semana o menos, y un preocupante 21% de la población adulta no tiene acceso a internet. Las principales razones para esta desconexión son el desconocimiento sobre su uso, la percepción de que no lo necesitan, los costos asociados y, en menor medida, la falta de cobertura.
Los grupos más afectados por la falta de acceso o el uso limitado de internet son los adultos mayores de 65 años, las personas con baja escolaridad y quienes habitan en zonas rurales o regiones apartadas. El acceso a internet disminuye considerablemente entre quienes solo cuentan con estudios de primaria o niveles técnicos. Lo mismo ocurre entre los estratos socioeconómicos más bajos, donde persisten barreras tanto económicas como educativas.
A pesar de que el 64% de la población se conecta todos los días, los contrastes entre regiones y grupos sociales siguen marcando la realidad digital del país. Las zonas urbanas, en especial en regiones como el Eje Cafetero, los Llanos y el Centro Oriente, presentan los índices de conectividad diaria más altos. En cambio, regiones como el Pacífico y el Caribe no capital continúan rezagadas.
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Para los expertos de Ipsos Colombia, la verdadera inclusión digital no se logra únicamente con mayor cobertura. “Las diferencias de uso están directamente relacionadas con el acceso a dispositivos, la calidad de la infraestructura y la apropiación digital. Esto refuerza la necesidad de políticas públicas orientadas a cerrar estas brechas”, advierten.
En Colombia, el reto ya no es solo conectar a quienes están por fuera de internet. La tarea pendiente es lograr que todos los ciudadanos, sin importar su nivel educativo, su ubicación o su condición económica, puedan aprovechar de manera productiva y significativa las posibilidades que ofrece la conectividad. Solo así el país podrá cerrar las brechas y avanzar hacia un entorno digital más equitativo y funcional.
Imagen: Archivo ENTER.CO
