Más de 800 personalidades de todo el mundo, incluyendo al cofundador de Apple, Steve Wozniak, Geoffrey Hinton, conocido como el “padrino de la IA”, y Yoshua Bengio, el experto en IA más citado a nivel global, suscribieron una carta abierta en la que piden frenar el desarrollo de la llamada superinteligencia, una IA capaz de superar a los humanos en todas las tareas mentales.
La iniciativa no proviene solo de científicos, pues en ella también hay políticos, religiosos, artistas y empresarios que coinciden en algo: la inteligencia artificial avanza demasiado rápido y sin suficiente control.
La carta fue promovida por el Future of Life Institute, una organización que busca garantizar que el progreso tecnológico beneficie a la humanidad. En su texto, los firmantes piden una pausa global en los desarrollos más avanzados de IA hasta tener garantías claras de seguridad y mecanismos de regulación robustos.
¿Regulación o freno total a la inteligencia artificial?
No se trata de detener por completo la investigación, sino de poner límites antes de que los sistemas se vuelvan tan poderosos que nadie pueda controlarlos. Según un estudio del FLI, la mayoría de los estadounidenses comparten ese miedo: casi siete de cada diez opinan que el gobierno no está haciendo lo suficiente para regular la IA, y más del 70 % quiere leyes más estrictas.
La advertencia llega justo cuando empresas como OpenAI, Meta o xAI compiten por crear sistemas más grandes y complejos. Meta, por ejemplo, formó un equipo dedicado a construir una “superinteligencia”, mientras que Sam Altman, director de OpenAI, asegura que espera alcanzarla antes de 2030.
Elon Musk, quien antes se mostraba entre los más escépticos, ahora lidera proyectos que siguen empujando los límites de esta tecnología, aunque él mismo calcula un “20 % de posibilidades de aniquilación” si las máquinas superan a los humanos.
Geoffrey Hinton, una de las figuras más respetadas del campo, advierte que dentro de pocos años las máquinas podrían superar a la mayoría de las personas en casi todas las tareas mentales, algo que, si no se maneja bien, podría tener consecuencias impredecibles.
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Yoshua Bengio, su colega y también firmante, asegura que el público debe tener una voz mucho más fuerte sobre el futuro que está en juego. Stuart Russell, otro de los pioneros de la IA moderna, refuerza la idea de que no se trata de una prohibición permanente, sino de una pausa responsable para desarrollar sistemas realmente seguros.
El debate, que antes parecía lejano o puramente técnico, hoy se ha vuelto parte de la conversación global. Lo que está en juego ya no es solo el futuro del trabajo o la tecnología, sino algo más profundo; el papel del ser humano frente a una inteligencia que podría, en teoría, superarlo.
Imagen: Growtika en Unsplash
