La historia de un doctor que se convirtió en cyborg por la ciencia

Cerebro
Chips en el cerebro: gran promesa, gran riesgo.

Sin permiso de la Administración Federal de Medicamentos de Estados Unidos (FDA), con pocos fondos y sin sujetos para experimentar, el trabajo de toda la vida del neurocientífico Phil Kennedy corría peligro. Por eso decidió ponerse en manos de un médico en Belice, un pequeño país de Centroamérica, y hacer un acto digno de un científico loco: instalarse chips en el cerebro; convertirse en un cyborg. Poco más de un año después de sus operaciones, como cuenta el MIT Technology Review, mostró sus resultados en la Sociedad de Neurociencias de Chicago.

cyborg
Chips en el cerebro: gran promesa, gran riesgo.

Su objetivo es lograr convertir en sonidos las palabras que el cerebro imagina pero no dice. Esto permitiría hacer que las personas que sufren diferentes parálisis puedan comunicarse mejor con su entorno, lo que se traduciría en una gran mejora de su calidad de vida. Kennedy ya había hecho varias cirugías, con algún éxito. Por ejemplo, una de sus primeras pacientes, que padecía esclerosis lateral amiotrófica –la enfermedad que sufre Stephen Hawking–, reportó haber logrado encender y apagar un interruptor solo con su mente, gracias a los transmisores que el médico le instaló en el cerebro.

Sin embargo, debido a la delicada situación de salud de los pacientes, los riesgos eran muy altos, y su investigación fue desautorizada por el FDA a pesar de que había sido aprobada previamente. Kennedy pasó varios años relativamente estancado antes de tomar la decisión de convertirse en un cyborg. La cirugía tenía varios riesgos, y requería retirar la parte superior del cráneo. Durante el procedimiento, el doctor tuvo una subida de presión, y al despertarse se dio cuenta de que había perdido la capacidad de hablar. Pero se recuperó y a los pocos meses se sometió a una segunda operación, para implantarle chips que le permitieran obtener datos de su propio cerebro.

El doctor perdió el habla luego de la cirugía

Luego de eso, siguió con su investigación. Según afirma, logró identificar que cuando emite verbalmente algunos sonidos se ‘encienden’ 65 neuronas, y que cuando se imagina diciendo esos mismos sonidos las mismas neuronas se activan aunque no los diga. Ese podría ser uno de los primeros pasos para poder convertir las operaciones neuronales del lenguaje en datos computacionales que puedan ser entendidos por un sintetizador de voz.

Como nota la revista, “al organizar una cirugía en una persona sana –incluso en él mismo, aún en nombre de la ciencia–, probablemente violó su juramento hipocrático”, por lo que podría tener que enfrentar tribunales éticos. A pesar de eso, algunos de sus colegas están esperanzados por las posibilidades de la investigación, pues ésta permite tener acceso a datos que no se podrían obtener de ninguna otra manera.

De todos modos, para Kennedy, la cirugía que lo convirtió en cyborg valió la pena. “No quería que [el proyecto] muriera en las enredaderas”, asfixiado por las complicaciones. “Por eso tomé el riesgo”.

Imagen: mistery (vía Shutterstock).

José Luis Peñarredonda

José Luis Peñarredonda

Un día me preguntaron sobre mis intereses y no supe por dónde empezar. Decidí entonces ponerlos en orden y dibujé un diagrama de Venn para agruparlos a todos: Internet, cine, periodismo, literatura, narración, música, ciencia, fotografía, diseño, política, escritura, filosofía, creatividad... Me di cuenta de que en toda la mitad de ese diagrama, en el punto en el que todos estos círculos confluyen, está la tecnología. Eso me llevó a ENTER.CO. Estudié Periodismo y Filosofía en la U. del Rosario. PGP: http://bit.ly/1Us3JoT

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