Nunca se es demasiado viejo para emprender, mucho menos demasiado joven. Los millennials se han adueñado del ecosistema emprendedor del mundo y cada vez sorprenden más con sus innovaciones.
Sin lugar a dudas los treinta dan una cierta sabiduría para asumir nuevos retos y tomar riesgos. Pero los veinte son los años de la aventura y del hambre por devorarse el mundo.
No olvidemos que Kevin Systrom creó Instagram a los 25 años, ni al joven Zuckerberg que con 19 años gestó un proyecto llamado ‘The Facebook’. También fue el caso de Daniel Ek que co-fundó Spotify con solo 25 años.
Si crees que eres demasiado joven para emprender, aquí te contaremos algunos casos de jóvenes latinoamericanos exitosos, que decidieron emprender en sus veinte.
Cami Tellez, hija de colombianos, creció en Nueva Jersey. En su último año de universidad y con 24 años fundó ‘Parade’ una marca de ropa interior juvenil. Con colores llamativos, diseños dinámicos y telas innovadoras, ‘Parade’ ha conseguido una valoración de $70 millones de dólares.
Stephanie Valencia, ingeniera biomédica decidió que quería cambiar la vida de las personas en situación de discapacidad. A los 26 años cofundó Assistive Labs y creó ‘Ijwi’, una herramienta a través de la cual los niños con autismo o con algún tipo capacidad limitada que les impida hablar, puedan comunicarse.
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Rainier Mallol es reconocido mundialmente por sus aportes en la predicción de los brotes de Influenza, Dengue, Zika y Chikungunya. Este dominicano fundó AIME (Artificial Intelligence in Medical Epidemiology) a los 25 años y creó una plataforma que utiliza Inteligencia Artificial para predecir epidemias. Su invención es adquirida por gobiernos alrededor del mundo con un valor que oscila entre los $50.000 y $100.000 dólares.
Felipe Tascon con 26 años fundó Mesfix, una plataforma web que conecta a empresas que necesitan financiación con una comunidad de personas interesadas en invertir. Para el 2020 había ayudado a más de 500 empresas consiguiendo financiar $200.000 millones de pesos.
Cambiar vidas, impactar a la sociedad, hacer del mundo un lugar mejor. Muchos pueden ser los objetivos, miles los caminos. Lo realmente importante es dar el primer paso, perder el miedo y tomar el riesgo. Los veinte son los años de la vitalidad, el impulso, el riesgo y el hambre, por eso tal vez son ideales para lanzarse al emprendimiento.
