En noviembre de este año, la cantante Taylor Swift sacó abruptamente toda su discografía de la plataforma de streaming Spotify. Si bien la guerra entre algunos músicos y la compañía no es algo de 2014, pues ya en el pasado otros artistas como Thom Yorke manifestaron no estar de acuerdo con las condiciones que los servicios de streaming tienen para los artistas, la jugada de Swift causó gran revuelo en el mundo de la música.
Resulta que Swift lanzó un nuevo álbum este año llamado ‘1989’, el cual se convirtió rápidamente en el más vendido en iTunes de Estados Unidos y en la primera semana ganó el récord en ventas, con 1,3 millones de copias –una cifra que no se había visto en años–. En una entrevista Swift comentó: “La música es arte y el arte es importante y excepcional. Importante, pocas cosas son valiosas. Las cosas valiosas deben ser pagadas”.
Del otro lado, Daniel EK, CEO de Spotify, le contestó a la cantante diciendo que ante la crisis que sufre la industria de la música, servicios de streaming como Spotify solo quieren ayudar a los artistas y que desde 2008, la plataforma ha pagado 2.000 millones de dólares a la industria discográfica.
«Ella retiró su catálogo de Spotify, que pagó la licencia para tener sus canciones, pero sus canciones están gratis en sitios como YouTube y Soundcloud, y hasta en sitios piratas como Grooveshark. Ni hablar de The Pirate Bay, cuyo disco más descargado fue ‘1989’”, señaló EK.
Swift es un caso especial y su ‘1989’ es el álbum más vendido de 2014. Parece que esta guerra no va a tener fin.
Imagen: Taylor Swift (vía Facebook), Suzanne Cordeiro (vía Flickr).
