OpenAI, creadora de ChatGPT, firmó en mayo de 2025 un acuerdo con Google Cloud para acceder a infraestructura tecnológica adicional. Este paso responde a la creciente necesidad de capacidad de cómputo para soportar sus modelos de inteligencia artificial generativa, cuyo uso explota a nivel global.
Aunque OpenAI y Google compiten directamente en modelos como ChatGPT y Gemini, el acuerdo se limita únicamente a servicios de infraestructura. No contempla colaboración en el desarrollo de productos ni acceso a modelos, y no modifica la relación comercial con Microsoft, su principal socio comercial. Microsoft conserva la exclusividad para ofrecer ciertos productos de OpenAI en su nube Azure, incluido Microsoft Copilot
Este movimiento forma parte de una estrategia más amplia de diversificación, que ya incluye asociaciones con Oracle, CoreWeave y SoftBank, y el desarrollo de su propia infraestructura y chips en colaboración con Broadcom y TSMC, dentro del proyecto Stargate valuado en 500.000 millones USD.
Hasta principios de año, Microsoft tenía un derecho de preferencia sobre recursos adicionales de cómputo, pero tras su expiración, OpenAI no estuvo limitada a ese proveedor. La firma llegó finalmente a un acuerdo con Google después de varias rondas de negociaciones.
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¿Qué significa este acuerdo para los usuarios de ChatGPT?
Para Google Cloud, supone una oportunidad para monetizar su infraestructura, incluyendo los chips TPU, y reforzar su posicionamiento en el competitivo mercado de servicios en la nube, frente a Amazon AWS y Microsoft Azure.
Los usuarios de ChatGPT notarán estas mejoras:
- Más estabilidad y menos interrupciones en momentos de alta demanda.
- Tiempos de respuesta más ágiles al reducir la carga en un solo proveedor.
- Despliegue más rápido de nuevas funciones gracias a mayor disponibilidad de recursos.
- Infraestructura más resiliente: si una nube falla, otra puede asumir la carga sin afectar el servicio.
- Posible reducción de costos y mayor disponibilidad, derivados de la diversificación de proveedores .
Sin embargo, aún hay aspectos por resolver. No se han publicado los detalles sobre la gestión de datos, la privacidad o la segmentación técnica entre proveedores. Además, la concentración de infraestructura en grandes empresas como Microsoft, Google y Amazon plantea desafíos en términos de competencia e independencia futura.
El pacto marca un paso clave en la estrategia operativa de OpenAI. Aunque no altera sus relaciones comerciales principales, sí mejora la capacidad técnica de sostener y expandir sus servicios.
Para quienes utilizan ChatGPT, ofrece una experiencia más robusta y ágil. Y para el sector tecnológico, refleja un cambio de paradigma en el que la infraestructura en la nube ya no es solo un soporte, sino un componente estratégico en la carrera por la inteligencia artificial.
Imagen: Generada con IA / ChatGPT
