Wiltech destapa el iPhone 17 y revela la ingeniería más compleja y los cambios ocultos de Apple

Hace apenas una semana Apple presentó el iPhone 17, su más reciente buque insignia en la gama de smartphones. El anuncio despertó entusiasmo en todo el mundo, pero también preguntas sobre qué tan diferentes eran los cambios frente a la generación anterior. Más allá de las especificaciones oficiales, la incógnita estaba en el interior del equipo.

En Colombia, Wilmer Becerra, fundador de Wiltech y técnico con más de 15 años reparando productos electrónicos, fue el primero en mostrarlo desde otra perspectiva. Fiel a su estilo, decidió desarmar el dispositivo completo para analizar su construcción, sus novedades y los retos que plantea para quienes en el futuro tendrán que repararlo.

El proceso comenzó con una advertencia. El iPhone 17 no es fácil de abrir y requiere herramientas especiales para calentar los bordes sin afectar la batería ni la pantalla. Incluso así, el técnico notó que el chasis es propenso a rayarse, un detalle que podría incomodar a los usuarios que cuidan cada centímetro del dispositivo.

Cuando la pantalla finalmente se desprendió, Becerra se detuvo en un punto clave. El diseño interno mantiene la filosofía de Apple de precisión absoluta en cada tornillo y flex de conexión. “No he visto otro fabricante que logre este nivel de compactación”, afirmó, aunque reconoció que esa perfección vuelve cada reparación mucho más compleja.

La cámara de vapor y la nueva disposición de la batería

Uno de los primeros hallazgos fue la posición de la batería. A diferencia del iPhone 16 Pro Max, en el que estaba detrás de la pantalla, ahora se integra junto a la cámara de vapor. Para los técnicos, este cambio es positivo porque facilita el desensamble y reduce los riesgos de daño al manipularla.

El sistema de fijación también cambió. Apple abandonó el adhesivo mecánico tradicional y lo reemplazó por un electroadhesivo que se activa aplicando un voltaje. Este método permite retirar la batería en perfecto estado y representa un avance en seguridad y mantenimiento.

La cámara de vapor, considerada una de las grandes novedades, está diseñada para disipar el calor de la tarjeta principal. Según Becerra, funciona como un tubo aplanado con líquido que se evapora cuando la tarjeta se calienta y retorna a su estado líquido en contacto con el chasis de aluminio. Un ciclo constante que ayuda a mantener estable la temperatura del equipo.

En cuanto a la tarjeta electrónica, Wilmer notó que ahora es más pequeña que nunca. Esa miniaturización significa más dificultad para reparar, aunque identificó un detalle interesante. El iPhone 17 tiene espacio físico para ampliar la memoria interna hasta 2 TB, lo que podría abrir la puerta a futuros servicios de modificación para quienes necesiten más capacidad.

Cámaras y sonido bajo la lupa técnica

Las cámaras fueron otro foco de atención. La principal ocupa tanto espacio que parece más grande que la propia placa base. Si bien los lentes se asemejan a los del iPhone 16 Pro Max, el sensor LiDAR se reubicó en el chasis, un ajuste que refleja la evolución técnica del modelo. Sobre la cámara frontal, Becerra celebró el salto a 18 megapíxeles, un avance que promete mejores resultados en fotos y videos.

El sistema de sonido tampoco pasó desapercibido. El altavoz superior ofrece un audio limpio y de buena calidad para consumo personal, aunque el propio técnico aclaró que no sustituye un parlante externo. En sus pruebas iniciales, destacó que el rendimiento es suficiente para llamadas, videos y música en espacios cerrados.

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Durante el desensamble, Becerra insistió en que no es un proceso para principiantes. Varios técnicos en el extranjero dañaron flexores y pantallas al intentar abrir el teléfono. Incluso él, con años de experiencia, debió detenerse varias veces para evitar errores irreversibles. “A cualquiera le puede pasar”, comentó mientras retiraba tornillos y conectores con extremo cuidado.

Más allá de la demostración, el análisis dejó claro que Apple sigue avanzando en eficiencia interna y sistemas de enfriamiento. Pero también reveló cómo cada innovación complica la labor de quienes reparan estos equipos. Para Becerra, ese es el gran reto de la industria: equilibrar diseño, rendimiento y la posibilidad de mantener un dispositivo en uso durante años.

El iPhone 17 llegó con la promesa de ser más potente y duradero. Sin embargo, lo que mostró Wilmer Becerra al destaparlo es que detrás del brillo exterior se esconde una maquinaria de ingeniería cada vez más sofisticada. Su desensamble no solo expone las decisiones de Apple, también abre la discusión sobre hasta qué punto la tecnología debe ser reparable o seguir siendo un misterio reservado a unos pocos expertos.

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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