Cuando la IA escribe mal y nosotros le creemos: los errores de ChatGPT según la RAE

ChatGPT escribe con rapidez, seguridad y una fluidez que convence. Esa combinación ha hecho que hoy buena parte de los textos que circulan en internet —desde artículos y guías hasta titulares— se redacten siguiendo sus sugerencias. El problema es que esa confianza no siempre va de la mano de una escritura correcta.

La profe Mónica, edutuber especializada en gramática, ortografía y curiosidades del idioma castellano, ha puesto sobre la mesa algo que muchos sospechaban, pero pocos comprobaban con ejemplos: ChatGPT comete errores ortográficos y de puntuación que contradicen las normas de la Real Academia Española (RAE). Y lo más preocupante no es el error, sino que lo aceptamos sin cuestionarlo.

La IA escribe para sonar bien, no siempre para ajustarse a la norma

Uno de los puntos clave que explica la profe Mónica es que ChatGPT tiende a priorizar la naturalidad del lenguaje y la complacencia con el usuario. En ese proceso, sacrifica precisión normativa. No corrige usos extendidos aunque sean incorrectos y, en muchos casos, los refuerza.

Un ejemplo claro aparece con el uso del diptongo ie. Al pedirle a ChatGPT un texto sobre “diptongo e hiato”, la IA añadió una e innecesaria en palabras que comienzan con diptongo. Según la RAE, esa e solo se utiliza para evitar cacofonía cuando no hay diptongo, como en aguja e hilo. En expresiones como agua y hielo, no es necesaria, porque el sonido no genera choque fonético.

Otro error frecuente está en la escritura de la risa dentro de textos narrativos. En la oralidad, cada quien se ríe como quiere. En la escritura, no. La forma correcta es ja, ja, ja, separada por comas, porque cada ja es una interjección independiente. ChatGPT suele escribirla de forma compacta o incorrecta, algo que en un cuento o diálogo es un fallo ortográfico.

Tildes, palabras y reglas que la IA sigue confundiendo

La lista continúa. Guion no lleva tilde porque es una palabra monosílaba, tal como lo establece la RAE desde hace años. Aun así, ChatGPT insiste en escribir guión. Lo mismo ocurre con solo, que ya no lleva tilde salvo en casos muy específicos de ambigüedad real, y con frecuencia la IA la marca por inercia.

También falla con los prefijos. Cuando súper funciona como intensificador, debe escribirse unido a la palabra y sin tilde: superbién, superrico, superfácil. Separarlo o tildarlo es incorrecto, pero es un error recurrente en los textos generados por IA.

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A esto se suma un detalle de puntuación que pasa desapercibido: colocar el punto antes de cerrar comillas. Según la norma, el punto cierra el enunciado completo, por lo que debe ir después de las comillas, no dentro de ellas. ChatGPT suele invertir ese orden.

Titulares en forma de pregunta… mal planteados

El debate se vuelve más complejo cuando estos errores llegan a los medios digitales. Cada vez es más común encontrar títulos como:

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En sentido estricto, estos títulos son interrogativos, no enunciativos. Plantean una pregunta real que el texto se encarga de responder, por lo que deberían llevar signos de interrogación de apertura y cierre, además de la tilde en cómo y cuándo. La ausencia de los signos no responde a una regla gramatical, sino a una decisión editorial o de estilo, cada vez más extendida en medios digitales.

La Real Academia Española admite que en los títulos puedan omitirse los signos de interrogación cuando la frase funciona como encabezado temático o no se presenta como una pregunta directa al lector. Sin embargo, esa omisión no cambia la naturaleza interrogativa de la estructura. La pregunta sigue existiendo, aunque no esté marcada gráficamente.

Por esa razón, incluso cuando se prescinde de los signos, las palabras interrogativas deben conservar la tilde. En estos ejemplos, cómo introduce un procedimiento que será explicado y cuándo plantea una condición temporal que el artículo desarrollará. Quitar la tilde o tratar la frase como un enunciado afirmativo implica una interpretación incorrecta de la norma.

Conviene aclarar, además, que estos títulos no son preguntas retóricas. En una pregunta retórica no se espera respuesta o esta es irrelevante; aquí ocurre lo contrario: el texto promete y entrega una explicación concreta. Eso refuerza la idea de que, desde el punto de vista gramatical, el uso de los signos de interrogación sería plenamente válido y recomendable.

El problema surge cuando herramientas como ChatGPT sugieren estas fórmulas sin explicar la diferencia entre una omisión estilística y una regla normativa. Al replicarlas sin criterio, muchos medios terminan eliminando no solo los signos, sino también la tilde, como si ambas fueran opcionales. Y no lo son.

Escribir con IA no es el problema; hacerlo sin criterio, sí

Hoy no solo usamos inteligencia artificial para escribir: escribimos exactamente como nos lo propone. Sin edición, sin contraste y sin consulta a la norma. Eso está normalizando errores ortográficos y empobreciendo la calidad del lenguaje digital.

Como recuerda la profe Mónica, ChatGPT puede ser una herramienta útil, pero no una autoridad lingüística. La responsabilidad final sigue estando en quien escribe, edita y publica. La RAE no cambió las reglas; lo que cambió fue nuestra disposición a cuestionar lo que una máquina nos dice.

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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