Mientras el estrato 6 navega a 150 Mbps y el 1 apenas llega a 20, el 5G sigue sin ser para todos: Esto revela informe

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Colombia sigue sumando accesos a Internet móvil y fijo, y según el boletín TIC del primer trimestre de 2025, se superaron los 48 millones de conexiones móviles y más de 8 millones de accesos fijos. Las cifras, a primera vista, parecen indicar un avance sostenido hacia una nación más conectada. Pero, ¿es eso suficiente para hablar de inclusión digital real?


El crecimiento de la infraestructura 5G ha sido uno de los estandartes del discurso gubernamental sobre tecnología. Sin embargo, el informe no detalla el alcance territorial del 5G ni su impacto real en sectores vulnerables. Aunque hay una curva ascendente en accesos móviles, eso no significa automáticamente que todos tengan acceso de calidad o que los beneficios de la hiperconectividad estén bien distribuidos.

La velocidad promedio de descarga, por ejemplo, muestra una diferencia significativa entre estratos. Mientras en estrato 6 se supera cómodamente la barrera de los 150 Mbps, en estrato 1 apenas se alcanzan velocidades cercanas a los 20 Mbps. Esto significa que la experiencia digital sigue dependiendo del poder adquisitivo, incluso si la tecnología subyacente avanza.

El acceso no solo es tener una SIM o un router en casa. La calidad del servicio y la estabilidad de la conexión son los verdaderos factores que determinan el acceso funcional a la economía digital. Según el mismo boletín, hay departamentos donde la velocidad promedio en el segmento residencial sigue por debajo de los 10 Mbps. En pleno auge del teletrabajo y la educación virtual, esa velocidad es prácticamente una condena a la desconexión.

Por otro lado, los accesos móviles están dominados por tres operadores, lo que podría indicar una concentración de mercado que limita la competencia en términos de precio y cobertura. La democratización tecnológica necesita más que despliegues técnicos: requiere políticas claras de acceso equitativo, formación digital y tarifas accesibles. Y en eso, los datos del boletín dicen poco.

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En tanto a telefonía móvil, el número de líneas activas supera los 78 millones, más que la población total del país. Pero ese dato, más que hablar de inclusión, podría estar reflejando el uso múltiple de líneas por parte de personas que deben cambiar de operador por razones económicas o de cobertura. El acceso masivo no garantiza uso efectivo.

También es clave mirar qué tecnologías están usando esas líneas móviles. Aunque el 5G ya empieza a figurar en las estadísticas, la mayoría de conexiones móviles siguen estando ancladas en redes 4G. El despliegue 5G sigue siendo parcial y focalizado en centros urbanos. Las zonas rurales, una vez más, quedan por fuera del salto tecnológico.

El boletín también reporta ingresos operacionales en aumento, lo que refleja un mercado rentable para los operadores. Pero este crecimiento económico no necesariamente se traduce en inversiones en infraestructura donde más se necesita: las regiones con menor penetración y velocidad. Si los ingresos se quedan en la rentabilidad sin redistribución tecnológica, el avance de la conectividad será asimétrico.

Además, la recopilación de datos es solo el primer paso. El boletín menciona que los datos provienen de autodeclaraciones de los proveedores, lo cual no garantiza imparcialidad ni precisión. Sería útil cruzar estas cifras con información independiente sobre calidad del servicio, caídas de red y cobertura real por municipios.

En conclusión el boletín TIC del primer trimestre de 2025 muestra un país más conectado en números, pero no necesariamente más integrado digitalmente. Las brechas persisten, y la promesa del 5G aún no se cumple para todos.

Hablar de inclusión exige algo más que gráficos en ascenso: requiere equidad tecnológica, transparencia en la información y políticas que prioricen a los no conectados.

La conectividad no es una meta técnica, es un derecho; y mientras siga dependiendo de la capacidad de pago, el acceso a Internet será más un privilegio que una herramienta de inclusión.

Imagen: Archivo ENTER.CO

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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