La Comisión de Regulación de Comunicaciones anunció la actualización del Reglamento Técnico para Redes Internas de Telecomunicaciones, conocido como RITEL. Aunque suene técnico, este cambio tiene impacto directo en la manera en que nos conectamos a internet, usamos la telefonía y accedemos a la televisión en nuestros hogares.
El RITEL existe desde 2018 y nació para asegurar que cada vivienda nueva en propiedad horizontal cuente con la infraestructura necesaria para que los usuarios tengan opciones reales de conectividad. En la práctica significa que dentro de un edificio las redes están preparadas para que varios operadores ofrezcan servicios sin que un único proveedor tenga el control.
La actualización entrará en vigor en julio de 2026 y busca simplificar el reglamento y adaptarlo a las condiciones actuales de la construcción y la tecnología. Esto implica reglas más claras para diseñar, instalar y certificar las redes internas de telecomunicaciones, con el objetivo de que el proceso sea más práctico para constructores y operadores, y más beneficioso para las familias.
Entre los cambios más importantes está la manera en que se calculan ductos, gabinetes y cajas de acceso en las edificaciones. Las fórmulas fueron optimizadas para que sean más fáciles de aplicar y se adapten a distintos tipos de proyectos, desde viviendas de interés social hasta construcciones de mayor escala.
También se ajustaron definiciones clave como las canalizaciones, las cámaras de entrada y las cajas de conexión del usuario. Estos cambios hacen que las inspecciones y certificaciones sean más rápidas y menos costosas, sin comprometer la calidad de la infraestructura.
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El proceso de actualización fue participativo. La CRC recibió comentarios de operadores como Claro, Tigo, Telefónica y ETB, además de gremios como CAMACOL y ASOTIC. Muchos manifestaron inquietudes sobre la reducción de dimensiones en ciertos espacios o sobre cómo garantizar la neutralidad tecnológica en un país donde aún conviven redes de fibra, coaxial y satelital.
La CRC respondió que los ajustes se apoyan en estudios técnicos elaborados junto a la Universidad Nacional. La idea es lograr un balance entre eficiencia en la construcción y capacidad de crecimiento futuro. Es decir, se busca optimizar el espacio y los costos, pero sin sacrificar la posibilidad de que varios operadores entren a prestar servicios en una misma copropiedad.
Un principio que no cambia es el de la libre elección. El reglamento asegura que hasta seis operadores puedan acceder a la red de un edificio. Esto fortalece la competencia y evita que un proveedor monopolice a los residentes. Para los usuarios significa precios más competitivos, mejores alternativas y un servicio más confiable.
La norma también conserva especificaciones para la captación y distribución de la Televisión Digital Terrestre. Así se garantiza que cualquier familia pueda acceder a la TV abierta en buenas condiciones técnicas. Además, se hicieron ajustes en las normas de seguridad y en los procesos de certificación para dar mayor claridad a quienes diseñan y construyen.
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Más allá de lo técnico, el RITEL es un instrumento para cerrar brechas de conectividad en el país. Una red interna bien diseñada puede marcar la diferencia entre tener internet estable para teletrabajo o educación virtual, o quedarse con un servicio limitado que no soporta las necesidades actuales.
Con esta actualización la CRC busca que las familias puedan elegir libremente a su operador y que los constructores cuenten con reglas claras y prácticas. Se trata de un paso clave para que las viviendas nuevas estén realmente preparadas para un país cada vez más digital.