Netflix se parte en dos y llueven las críticas

Esta escena se seguirá presentando en Estados Unidos. Qwikster no alcanzó a ver la luz. Foto: Ross Catrow (vía Flickr).
El gigante del video en streaming, que logró su éxito inicial con el modelo de alquiler de DVD por correo, separa ese negocio de su marca para competir mejor con otros proveedores de video por streaming. Era una movida que se esperaba, pero las reacciones no se hicieron esperar.
Netflix deja atrás su servicio de alquiler por correo, que ahora se llamará Qwikster. Imagen: Ross Catrow (vía Flickr).

Ahora Netflix será únicamente un servicio de videos por streaming. Así lo anunció Reed Hastings, presidente de la compañía, en su blog oficial.  El servicio de DVD por correo que convirtió a Netflix en una de las empresas de Internet más exitosas en los últimos años será historia, al menos bajo esa marca.

La empresa se divide en dos, y el servicio de alquiler por correo hará parte de una nueva marca completamente independiente: Qwikster.

Los detalles más importantes de este anuncio son que las tarifas de suscripción no cambiarán, y que el nuevo servicio ofrecerá la opción de alquilar juegos de video. Otra cosa que puede molestar mucho a los usuarios estadounidenses es que las páginas web de cada marca no van a estar integradas, entonces si uno quiere tener ambos servicios, tiene que suscribirse dos veces (le lleguarán dos cuentas separadas), y las categorías que uno arme en una página no se verán en la otra.

El anuncio ha conmocionado a su base de usuarios, casi tanto como el anuncio de hace algunas semanas, cuando Netflix incrementó sus tarifas de suscripción. Sus acciones desde entonces han caído casi 55%.

Según Hastings, los cambios de marca son necesarios, ya que «mi temor más grande en Netflix ha sido que no hagamos el salto de éxito en DVD al éxito en streaming. La mayoría de empresas que son buenas en algo… no se vuelven excelentes en cosas nuevas que la gente quiere (para nosotros eso es streaming) porque tienen miedo de perjudicar su modelo inicial.  Eventualmente esas empresas se dan cuenta de su error al no enfocarse lo suficiente en lo nuevo, y entonces la empresa lucha desesperadamente y sin esperanzas para recuperarse.  Es muy raro que una empresa muera por moverse muy rápido, y frecuentemente mueren por moverse muy despacio».

¿Suena a desesperación por convencernos de que esta es una buena estrategia? Puede ser, pero lo cierto es que si se tiene en cuenta el modelo de negocios de Netflix (que depende de las negociaciones de licencias con los grandes estudios de Hollywood) algo similar a esta nueva decisión tenía que suceder.

El problema es que los estudios dueños de contenido mantienen una política donde estratifican la distribución de contenido, con diferencias en condiciones y precios para teatros de películas, servicios de alquiler de DVD, canales de cable, servicios de streaming, aerolíneas, etc.

En este caso los estudios ya cobraban las licencias para DVD por correo y streaming por separado, y cuando llegaba la hora de negociar esto perjudicaba a Netflix y finalmente a sus usuarios, ya que los acuerdos de contenido nuevo para DVDs venían con una  serie de clausulas que afectaban el lado de streaming y viceversa (por ejemplo, les damos tal precio para la licencia de una película reciente en DVD, pero con la condición que no esté disponible en streaming hasta fecha X y solo en la región Y).

Muchos de los usuarios nuevos en Colombia y Latinoamérica se han quejado del servicio a causa de este efecto de diferenciación, y como explica Hastings, «nuestra percepción es que con esta separación de negocios, vamos a ser mejores en streaming y mejores en DVD por correo. Es posible que nos estemos moviendo muy rápido –es difícil de saber–. Pero mientras avanzamos, Qwikster va a continuar prestando el mejor servicio de DVD por correo en la historia en todo Estados Unidos.  Netflix ofrecerá el mejor servicio de streaming para series de televisión y películas, y esperamos que globalmente.  El contenido de streaming adicional que vamos a sumar en los próximos meses es sustancial, y siempre estamos trabajando para mejorar aún más nuestro servicio.»

Si se toma en cuenta toda la competencia que se le viene encima a Netflix (Blockbuster está pronto a lanzar su propio servicio de streaming, tanto como Amazon, y en Latinoamérica ya están saliendo varias alternativas al servicio de Netflix como Telmex TV Online), la sensatez dicta que estos cambios son saludables para un modelo anticuado (el servicio de alquiler por correo ya tiene más de diez años).

¿Pero, qué piensan los expertos?  Andy Hargreaves, analista de finanzas del grupo Pacific Crest Securities, opina: «Los cambios recientes en los precios de Netflix, seguidos por la separación y creación de la nueva marca para el negocio de DVD han incrementado la pérdida de suscripciones y herido el valor de la marca… Creemos que persistirá la incertidumbre a corto plazo hasta que la dirección en las negociaciones de contenido y ofertas competitivas se vuelva más clara».

No es un panorama muy optimista, pero hay que mantener en mente el punto final de Hargreaves, de que hay que esperar a ver como le va a la empresa con las negociaciones de contenido y sus ofertas futuras. Es posible que como dijo Hastings, la empresa se esté moviendo demasiado rápido. Pero en una industria donde la supervivencia de una empresa depende de su rapidez para adaptarse a las últimas innovaciones, hay que tener en cuenta un juego de palabras sobre la célebre frase del novelista Nathaniel Hawthorne: «Las empresas siempre están subiendo y cayendo en Internet».

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Sebastián Martínez

Sebastián Martínez

La verdad no me gusta la tecnología. La sigo como un fanático paranoico porque estoy convencido de que los robots van a erigir un imperio mundial algún día. Por eso me dedico a conocer al enemigo íntimamente y no me falta la pelea habitual con uno que otro aparato. Ya he asesinado consolas de juegos, PC, celulares y hasta dispositivos GPS.
Puedo decir, con orgullo, que hasta ahora el mundo no me ha puesto enfrente un robot que no haya podido someter a mi voluntad. Estudié letras y literatura en Estados Unidos para escapar a las exigencias del siglo XXI y la ansiedad de clase media. No me sirvió de mucho, y entonces ahora me dedico la cosa más difícil que he tratado de hacer en mi vida (escribir bien) y prepararme para la futura lucha contra la tecnología desde las filas de ENTER.CO.
PD.
No soy fanboy ni de Apple, ni de Microsoft, ni de Google. Los uso y abuso a todos, incluyendo Linux.

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