El camino del primer tren del Metro de Bogotá no solo se mide en kilómetros; también está hecho de manos expertas, noches de carretera y la emoción de saber que cada metro avanzado acerca a la capital a un sueño largamente esperado.
Desde Cartagena hasta el sur de Bogotá, seis vagones recorren más de 1.000 kilómetros sobre plataformas gigantes. Al frente de esta carga monumental van dos hombres que, aunque acostumbrados a las mulas y a los viajes de largo aliento, reconocen que este encargo no se parece a ninguno.
William Moreno, con 14 años de experiencia en las carreteras, fue seleccionado para guiar parte del convoy. “He realizado bastantes viajes, todos son diferentes, pero este es el que tiene más expectativas para el país”, dice con entusiasmo. Bogotá no solo es su ciudad natal, también es el lugar donde podrá ver rodar el tren que hoy lleva en su camión. “Es un orgullo para mí, para la ciudad, para Bogotá. ¡Yo vivo en Bogotá y voy a disfrutar el Metro!”, confiesa.
A su lado está Daniel García, un veterano con más de 35 años al volante, de los cuales 15 han sido dedicados al transporte de cargas sobredimensionadas. Su tarea, asegura, exige pericia y nervios de acero. “El reto ha sido bastante grande, de mucho cuidado.
¿Una carga delicada?
Es una carga muy delicada por su tamaño, su altura y sus especificaciones. “Tenemos que maniobrar bien el viaje”, explica. Los dos coinciden en que el peso simbólico de este recorrido supera las toneladas que arrastran. Cada curva, cada parada, es parte de una operación que involucra a la Policía, al Ejército y a un equipo especializado en cargas especiales, todos enfocados en garantizar que los vagones lleguen intactos al Patio Taller de Bosa.
Y nosotros don Sergio muy agradecidos con usted y sus compañeros por su trabajo y solidaridad.
Nos vemos en Bogotá! pic.twitter.com/O6chU3ha26
— Leonidas Narvaez (@JoseLeoNarvaezM) September 7, 2025
Más allá de las dificultades logísticas, la caravana avanza con el mensaje de que la primera línea del Metro está dejando de ser un plano y se está convirtiendo en realidad. Los trenes, fabricados en China, llegan a Bogotá con un blindaje de cuatro capas que los protege del polvo, la lluvia y cualquier imprevisto. El primer tren iniciará sus pruebas en una pista de 905 metros dentro del patio taller.
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Luego se sumarán más convoyes hasta completar los 30 trenes previstos, cada uno de seis vagones, que conformarán la flota inicial de la Línea 1. Según el cronograma, tres trenes más arribarán antes de finalizar 2025 y en octubre de 2026 ya estará lista la flota completa.
Al 31 de agosto, la obra del Metro presentaba un avance de 62,16 %, con la meta de cerrar 2025 por encima del 70 %. Cada punto porcentual se refleja ahora en estos vagones que viajan por la Ruta del Sol, despertando la expectativa de los municipios que los ven pasar. William y Daniel, acostumbrados a recorrer el país en silencio, saben que este viaje será recordado.
Ellos no estarán en la cabina cuando el tren se inaugure, pero podrán decir que lo llevaron hasta casa. Y quizá, en unos años, cuando aborden un vagón junto a sus familias, puedan mirar por la ventana y sentir que también forman parte de esa historia.
Imagen: Alcaldía de Bogotá