La Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) envió a la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) un nuevo concepto sobre la integración entre Tigo y Movistar. No es una aprobación ni un rechazo. Es un análisis técnico que busca darle a la SIC más elementos antes de tomar una decisión.
El pronunciamiento se da en el marco de la intervención de oficio prevista en la Ley 1340 de 2009. Con este mecanismo, la CRC participa como regulador independiente para revisar posibles efectos de la operación y entregar una visión técnica que ayude a la SIC a identificar riesgos y alternativas de mitigación.
En su análisis, la CRC revisa el documento económico entregado por las empresas, las observaciones recibidas durante el proceso y las propuestas de terceros, como otros operadores y actores del sector. La Comisión aclara que su papel no es aprobar ni rechazar la integración, sino ofrecer un acompañamiento técnico con criterios regulatorios y evidencia.
Uno de los puntos centrales del concepto es que la operación debe mirarse con especial atención en tres mercados: acceso y originación móvil, servicios móviles e Internet fijo residencial. Allí se concentran los mayores riesgos de concentración, lo que podría afectar la competencia y las condiciones de los usuarios si no se aplican medidas.
En el escenario de integración, la participación de Tigo y Movistar superaría el 34 %, mientras que Claro mantendría alrededor del 54 %. Con dos actores de ese tamaño, la posibilidad de efectos coordinados se hace más evidente, algo que preocupa a la CRC por las consecuencias en precios y bienestar de los consumidores.
La Comisión también señala que en el mercado mayorista de transporte entre municipios no se identifican riesgos significativos. Sin embargo, plantea que si la infraestructura de transporte del operador integrado se comparte con terceros y se remunera a costos eficientes, podría generar efectos positivos y apoyar a compañías de menor tamaño en su expansión.
Riesgos, propuestas y condiciones en juego
El documento examina las propuestas de remedios planteadas por competidores como WOM. Algunas, según la CRC, podrían ser viables y favorecer la competencia. Otras necesitan un análisis más profundo, mientras que varias resultan inconvenientes o no se ajustan a la regulación vigente.
La recomendación central es que cualquier medida que adopte la SIC debe orientarse a mantener el equilibrio competitivo y garantizar pluralidad en los mercados. Esto implica que no se favorezca a un operador en detrimento de otros y que se preserve la dinámica de innovación y de inversión en el sector.
La CRC recuerda que las decisiones de competencia no solo impactan en el corto plazo, por ejemplo, en precios, sino también en la sostenibilidad del mercado en el mediano y largo plazo. Si la competencia se reduce hoy, las consecuencias podrían reflejarse en menor inversión en infraestructura y en menor calidad del servicio para los usuarios en el futuro.
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El pronunciamiento complementario también busca alinear la discusión con buenas prácticas internacionales. Para la CRC, la experiencia de otros países demuestra que las decisiones sobre integración deben considerar los riesgos de coordinación entre grandes operadores y establecer remedios proporcionales que aseguren mercados abiertos.
La Comisión reitera que su rol es técnico y neutral. No emite un juicio de aprobación ni de rechazo, sino que entrega a la SIC una evaluación con base en datos, modelos económicos y análisis de mercado. Con este insumo, la Superintendencia contará con elementos adicionales para decidir sobre una de las operaciones más relevantes en el sector de telecomunicaciones en la última década.
El documento cierra subrayando que preservar la competencia hoy es clave para garantizar un sector sostenible mañana. La integración entre Tigo y Movistar, señala la CRC, no solo tiene efectos sobre las empresas involucradas, sino que puede redefinir el acceso, la calidad y la innovación en los servicios de telecomunicaciones en Colombia.
La decisión final está en manos de la SIC, que deberá evaluar si aprueba, rechaza o condiciona la operación. Lo que se defina tendrá un impacto directo en la estructura del mercado, en la oferta de servicios y en la experiencia de millones de usuarios que dependen de la conectividad para su vida diaria.
Imagen: Archivo ENTER.CO