Los proyectores dejaron de ser dispositivos de oficina para convertirse en aliados del entretenimiento en los hogares colombianos. Cada vez más familias los eligen porque permiten ver películas, series y partidos de fútbol en pantallas gigantes, creando experiencias inmersivas que un televisor convencional difícilmente alcanza. La oferta es amplia y con precios muy diferentes, lo que genera la pregunta: ¿cuál conviene realmente?
No todos los proyectores entregan la misma calidad ni se adaptan al mismo tipo de usuario. Algunos brillan por potencia visual, otros por facilidad de uso y unos pocos por portabilidad. Lo clave es analizar qué características ofrecen y qué tipo de experiencia de entretenimiento puede garantizar cada modelo.
Epson EF21 y EF22: potencia visual y diferencias en movilidad
La apuesta de Epson con los modelos EF21 y EF22 está pensada para quienes buscan una experiencia robusta y cercana al cine. Ambos ofrecen resolución Full HD (1920×1080), tecnología LCD y compatibilidad con HDR, logrando imágenes de hasta 150 pulgadas con brillo de 1.000 lúmenes. En habitaciones controladas de luz, la calidad es sobresaliente; sin embargo, en espacios muy iluminados pierden fuerza.
La conectividad es uno de sus puntos fuertes: Google TV integrado, más de 10.000 aplicaciones, puertos HDMI y USB, además de Bluetooth, WiFi y comandos de voz. También incluyen sonido Dolby, suficiente para un ambiente tipo cine, aunque quienes buscan mayor impacto deberían sumar un sistema externo.
La diferencia central entre los dos modelos está en la movilidad. El EF21 es más compacto y ligero, lo que facilita trasladarlo dentro del hogar o incluso llevarlo a otro espacio. El EF22, en cambio, integra una base giratoria de 360°, que ofrece flexibilidad en la proyección, pero lo hace menos práctico de mover con frecuencia. Ambos cuentan con garantía extendida de hasta dos años al registrarlos en línea, lo que los convierte en apuestas seguras a largo plazo.
LG CineBeam PF610P: durabilidad y facilidad inalámbrica
El LG CineBeam PF610P se perfila como una opción equilibrada entre prestaciones y facilidad de uso. Proyecta hasta 120 pulgadas en Full HD, con brillo de 1.000 lúmenes, similar a los Epson. Su gran ventaja está en la fuente LED de 30.000 horas, que asegura más de 20 años de uso regular sin preocuparse por reemplazar la lámpara.
Funciona como un televisor gracias al sistema webOS 5.0, con acceso directo a plataformas como Netflix, Disney+ y YouTube. Además, permite duplicar la pantalla desde dispositivos mediante AirPlay y Miracast, lo que evita depender de cables.
Su punto débil está en que no alcanza las 150 pulgadas de Epson y el audio es más limitado, por lo que requiere refuerzo externo para una experiencia completa. Aun así, la combinación de durabilidad y conectividad inalámbrica lo convierte en una opción muy práctica.
Samsung The Freestyle 2.0: versatilidad para espacios jóvenes
El Samsung The Freestyle 2.0 es el más versátil de los proyectores analizados. Su diseño circular y ligero permite proyectar entre 30 y 100 pulgadas en cualquier superficie: paredes, techos o incluso al aire libre. El enfoque y la nivelación se ajustan automáticamente, lo que facilita su uso sin necesidad de configuraciones técnicas.
Integra funciones de Smart TV y un sistema de sonido 360° Premium, suficiente para reuniones pequeñas. Sin embargo, la batería externa se vende aparte, lo que aumenta el costo si se busca portabilidad total.
Este modelo no pretende competir en calidad de imagen con Epson o LG, sino en flexibilidad. Es ideal para jóvenes o familias que quieren llevar la proyección a diferentes espacios sin complicaciones.
El mini proyector del D1: atractivo en precio, limitado en experiencia
El mini proyector 4K del D1 llamó la atención en redes sociales por su precio de apenas 200.000 pesos. Ofrece múltiples opciones de conectividad (USB, Bluetooth, HDMI y WiFi) y hasta sistema de enfoque automático, algo inesperado en su rango de costo.
El problema surge en la práctica: no permite usar aplicaciones de streaming directamente, por restricciones de derechos de autor, lo que obliga a conectarlo a otros dispositivos. Además, su “4K” es en realidad un reescalado, lejos de la resolución nativa de marcas reconocidas.
Es una alternativa curiosa para quienes buscan una primera experiencia sin gastar mucho, pero difícilmente compite con los modelos de Epson, LG o Samsung. Es más un experimento que una inversión duradera.
¿Cuál conviene elegir?
La comparación muestra que cada modelo responde a un tipo distinto de usuario. Para quienes priorizan la calidad de imagen y buscan sentir la experiencia de cine en casa, los proyectores de Epson son los que mejor cumplen. El EF21 ofrece más facilidad para moverlo dentro del hogar, mientras que el EF22, con su base giratoria, se ajusta a quienes prefieren instalarlo en un lugar fijo con mayor control en el ángulo de proyección.
El LG CineBeam PF610P, en cambio, es ideal para quienes valoran la durabilidad y la conectividad inalámbrica por encima del tamaño de la pantalla. Su fuente LED garantiza que el equipo funcione por años sin preocupaciones técnicas, y su sistema webOS lo convierte prácticamente en un televisor inteligente de gran formato.
Samsung, con el Freestyle 2.0, ofrece algo distinto: versatilidad y portabilidad total. No busca competir en potencia, sino en la posibilidad de transformar cualquier espacio en un cine improvisado. Es perfecto para quienes no quieren un proyector fijo y disfrutan de la experiencia de compartir contenido en diferentes ambientes.
Por último, el mini proyector del D1 cumple únicamente con la función de acercar esta tecnología a quienes no quieren hacer una gran inversión. Sirve para probar cómo funciona un proyector en casa, pero no alcanza a dar la experiencia de calidad que ofrecen las marcas consolidadas.
Al final, la elección depende más del estilo de vida que de la ficha técnica. No es lo mismo un usuario que quiere un cine fijo en la sala que otro que busca un dispositivo portátil para llevar a reuniones sociales. Pensar en el uso real es lo que permitirá hacer una compra inteligente en un mercado donde la pantalla gigante dejó de ser un lujo para convertirse en una experiencia posible.
Imagen: Montaje de ENTER.CO