¿Arriendo¿ tecnológico despega en Colombia

 Tiene un 48 por ciento de participación en el mercado cementero colombiano, ocupa la quinta posición en esta industria en América Latina y vende miles de millones de pesos anualmente. Con estos indicadores, es difícil imaginarse a Cementos Argos en la onda del leasing tecnológico (ver ¿Un caso de éxito¿).

Y es que si algo ha identificado a este sistema, que permite acceder a las más modernas herramientas tecnológicas sin tener que comprarlas, es el tipo de organización para el que fue creado: empresas que viven el día a día y no cuentan con recursos suficientes para invertir en aspectos que no estén directamente relacionados con su actividad empresarial.

Según Clara de Montenegro, gerente de negocios para la pequeña y mediana empresa en SAP, es normal que entidades pequeñas conozcan y hayan recurrido a este sistema; al fin y al cabo, el 85 por ciento de las empresas en Colombia está conformado por pymes. ¿La gran mayoría no cuenta con suficientes recursos, y las que los tienen prefieren invertirlos en ampliar su capacidad de producción o reforzar sus estrategias de comercialización, en lugar de hacer renovaciones tecnológicas¿.

Por eso, que en el último tiempo entidades acostumbradas al tradicional esquema de comprar equipos y con comprobada liquidez financiera (como Argos) estén utilizando el leasing para acceder a las nuevas herramientas tecnológicas, es una muestra del arraigo que este sistema ha empezado a tener entre las diferentes organizaciones empresariales del país.

La oferta

El también llamado ¿arriendo¿ tecnológico no es nuevo (se utiliza desde hace décadas en mercados más desarrollados), pero ha empezado a popularizarse en Colombia en los últimos meses debido a que algunos de los principales proveedores en esta industria, como HP, Dell, Avaya, IBM, SAP y Microsoft, han creado planes especiales para que las empresas puedan contar con los más avanzados desarrollos tecnológicos sin tener que recurrir al modelo tradicional de compra.

El sistema funciona en forma similar al que se ha venido trabajando en sectores como el automotor y de finca raíz: no se adquiere la propiedad del bien, ni se paga el total de su valor comercial, sino que se usa por un tiempo determinado a cambio del pago de una mensualidad o anualidad.

De esta manera, hoy en día es posible acceder a todo tipo de soluciones tecnológicas sin tener que destinar grandes sumas.

En la oferta disponible se destacan la adecuación y manejo de centrales telefónicas, servicios de telecomunicaciones, computadores, soluciones de almacenamiento e incluso licencias de sistemas operativos (como Windows, excepto Vista) o programas de oficina (como Word, Excel y demás).

En el caso de Microsoft, por esta vía ofrece paquetes de cinco o más licencias de algunos de sus programas, a plazos que van de uno a tres años y con un 30 o 40 por ciento de descuento con respecto al precio promedio en el mercado. El modelo ¿se lanzó en octubre de 2005 y hoy en día un 20 por ciento del total de ventas se hace a través de este sistema¿, explica Helmut Cepeda, representante de esta compañía.

En empresas como SAP, Avaya e IBM, por su parte, hay categorías en las que por lo menos la mitad de lo que se vende se hace a través del llamado ¿arriendo¿ tecnológico.

Beneficios financieros y prácticos

A pesar de que las empresas no lo recomiendan para todos los casos (si se tienen los recursos, aconsejan comprar), el leasing tecnológico está siendo cada vez más utilizado por las ventajas financieras que ofrece y los beneficios operativos que trae.

De acuerdo con Pablo Andrade, representante de CTI-Avaya Financial Services, una entidad creada para dar soluciones financieras en el área de telecomunicaciones,  el principal beneficio del sistema de leasing es el manejo de diferentes alternativas de acuerdo con las necesidades puntuales de una empresa.

¿Al finalizar el plazo pactado, el cliente puede comprar los equipos en uso, devolverlos y dar por terminada la relación comercial o renovar el contrato por un tiempo más¿, explica Andrade.

Si se decide por la compra, los equipos o herramientas que adquiera le costarán menos que en el mercado normal (porque serán equipos ya usados o que posiblemente ya tendrán versiones más actualizadas o completas).

En caso de que decida devolverlos y dar por terminada la relación comercial, el cliente también se beneficia, ya que puede cambiar de proveedor, tecnología o plataforma sin tener que asumir las pérdidas por los equipos que ya no usará (lo que sí sucede cuando se trata de desechar equipos propios).

Mientras que si opta por renovar el contrato un tiempo más, puede pedir que le actualicen a la mejor solución disponible en ese momento, sin ver incrementado en demasía el valor que venía pagando en el contrato anterior.

Según las empresas que trabajan el sistema, otro beneficio importante es la flexibilidad. Explican que el ¿papeleo¿ es muy corto ¿generalmente con llenar una solicitud es suficiente¿ y los plazos se pueden ajustar a las necesidades de cada cliente.

¿Lo que hemos visto es que en muchos casos las soluciones terminan pagándose solas (por los beneficios obtenidos por su uso)¿, destaca Viviana Lorza, de IBM.

Además, como se trata de un ¿arriendo¿ y no de una compra, la propiedad de la herramienta tecnológica continuará siendo del proveedor tecnológico. Esto hace que el llamado costo de obsolescencia (la pérdida de valor que tiene un producto al pasar el tiempo y ser lanzadas actualizaciones o versiones más modernas) lo asuma la empresa tecnológica y no la que lo usa.

Así mismo, genera beneficios tributarios, ya que al tratarse de un servicio de arrendamiento operativo, las compañías pueden deducir hasta un 35 por ciento el valor del canon que tienen que pagar al proveedor tecnológico (la deducción es al impuesto de renta), explican los representantes de las empresas consultadas.

 

 

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