Siete de cada diez colombianos aún pagan con billetes. Pero eso podría empezar a cambiar en cuestión de semanas. El próximo 14 de julio comienza la etapa de registro para Bre-B, el nuevo sistema nacional de pagos inmediatos que promete transformar la forma en que se hacen transferencias en el país. No será obligatorio, pero sí determinante para quienes quieran moverse con mayor agilidad en el ecosistema financiero que entrará en funcionamiento formal en septiembre.
Bre-B no es una billetera ni una aplicación; es una infraestructura común que permitirá enviar y recibir dinero en segundos, sin importar si los usuarios están en bancos distintos o si usan cooperativas, billeteras digitales u otras entidades autorizadas.
Es, en palabras del Banco de la República, una vía directa y sin peajes entre cuentas. El sistema funcionará todos los días, a toda hora, desde cualquier lugar y con pocos pasos. Pero para que todo eso ocurra, julio será un mes clave.
A partir de esa fecha, los colombianos podrán registrar o confirmar sus “llaves”, que son los identificadores que permitirán vincular su cuenta bancaria con datos como el número de celular, la cédula o el correo electrónico. Ese paso será indispensable para usar el sistema.
Las entidades financieras ya preparan una sección especial en sus aplicaciones y portales web, llamada “Zona Bre-B”, desde donde los usuarios podrán hacer el proceso. Incluso se habilitará la opción de asignación automática para quienes no deseen hacerlo de forma manual.
Durante los últimos meses, el Banco de la República ha trabajado junto a bancos, cooperativas y otros actores del sistema para afinar la regulación, realizar pilotos y ajustar detalles técnicos. En esa normativa quedó establecido que serán las entidades las encargadas de informar a sus clientes sobre cómo registrar, modificar o eliminar sus llaves. También se incluyeron mecanismos de validación para prevenir fraudes y evitar el uso no autorizado de los datos.
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El sistema permitirá hacer pagos entre personas y entre personas y comercios, sin necesidad de ingresar un número de cuenta cada vez. Bastará con seleccionar la llave del destinatario, escribir el monto y autorizar la operación. El dinero llegará en segundos, sin importar la hora ni el día. Esa interoperabilidad no existe hoy de forma plena: algunas billeteras permiten enviar a otros usuarios, pero no a cuentas de bancos; otros servicios solo funcionan entre entidades específicas. Bre-B pretende resolver esa fragmentación.
El modelo no es nuevo en el mundo, pero sí lo es en Colombia. Sistemas similares funcionan desde hace años en países como Brasil, Argentina o Costa Rica. En Brasil, por ejemplo, PIX logró que más del 70 % de los adultos lo adoptaran en menos de tres años, impulsando el uso de productos digitales y reduciendo el uso de efectivo. En Colombia, según cifras oficiales, las transferencias electrónicas representan menos del 15 % del total de pagos, lo que da una idea del reto por delante.
El lanzamiento de Bre-B ocurre en un momento en el que el país discute cómo avanzar hacia una economía más inclusiva. La digitalización del dinero puede reducir costos, facilitar el comercio, impulsar la formalización y ampliar el acceso a servicios en zonas donde no hay bancos físicos. Pero nada de eso sucederá por sí solo. Dependerá, en buena parte, de la voluntad de los usuarios y de la capacidad del sistema para ofrecer una experiencia sencilla, segura y confiable.
Julio será una prueba decisiva. Si el registro de llaves avanza sin tropiezos y los usuarios comienzan a familiarizarse con la dinámica de este nuevo sistema, Bre-B podrá despegar con fuerza en septiembre. Y con ello, dar paso a una forma distinta de mover el dinero en Colombia: más rápida, más directa, más universal. Tal vez, menos dependiente del efectivo.
Imagen: Archivo Enter.co