Este test revela si el iPhone Air realmente puede superar a Samsung en autonomía o si la delgadez le cobra factura

El iPhone Air tiene un cuerpo de solo 5,6 milímetros de grosor. Pesa 165 gramos. / Foto: Apple

Durante años, la conversación en torno a la autonomía de los celulares se resumía en una pregunta casi matemática: ¿cuántos miliamperios tiene la batería? Sin embargo, la última generación de dispositivos de Apple y Samsung está demostrando que esa ecuación ya no es suficiente para explicar quién gana la verdadera batalla por durar más horas encendido.

Un reciente test de drenaje de batería puso frente a frente cuatro de los modelos más representativos del mercado, iPhone 17 Pro Max, iPhone Air, Galaxy S25 Ultra y Galaxy S25 Edge. El resultado dejó claro que no siempre gana el teléfono con la batería más grande, sino aquel que mejor gestiona cada ciclo de energía.

El experimento consistió en exponer a los equipos a un uso continuo bajo condiciones iguales: brillo calibrado, conexión Wi-Fi y sin tarjeta SIM. Se realizaron actividades de la vida real como redes sociales, cámara y videojuegos, en especial sesiones prolongadas de PUBG, un escenario que exige tanto al procesador como a la GPU.

Resultados que rompen expectativas

El primero en quedarse sin energía fue el Galaxy S25 Edge, con una duración de 8 horas y 45 minutos. A pesar de ser un modelo de gama alta, su batería no logró resistir el ritmo de consumo. Muy cerca estuvo el iPhone Air, que alcanzó 8 horas y 57 minutos, un logro inesperado teniendo en cuenta que es el dispositivo más delgado de la prueba y con la batería más pequeña en capacidad.

En el siguiente escalón apareció el Galaxy S25 Ultra, con 9 horas y 18 minutos. Aunque su hardware prometía mayor resistencia, el consumo del sistema operativo OneUI 8 jugó en contra, evidenciando que la optimización de software sigue siendo un punto pendiente para Samsung.

Finalmente, el líder indiscutible fue el iPhone 17 Pro Max, que se mantuvo encendido durante 11 horas y 53 minutos. En la práctica, esto significa casi tres horas adicionales respecto al S25 Ultra y más de dos horas sobre cualquier otro rival en la prueba. La diferencia se debe, en gran parte, al chip A19 Pro, que estrenó núcleos de eficiencia mejorados, capaces de equilibrar potencia y consumo de manera más precisa.

Un cambio en la manera de medir la autonomía

Más allá del duelo Apple–Samsung, lo interesante de este test es lo que sugiere sobre el futuro de la industria. La autonomía ya no se puede explicar únicamente en términos de capacidad de batería. Lo que está en juego es el nivel de optimización entre procesador, sistema operativo y aplicaciones.

El iPhone Air es el mejor ejemplo: un celular ultradelgado, pensado para quienes valoran el diseño y la ligereza, que aun así logró superar al Galaxy S25 Edge y acercarse al rendimiento del Ultra. Es una señal de que la eficiencia energética se está convirtiendo en la nueva métrica clave para evaluar un smartphone.

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Marcas como Xiaomi, OnePlus y Google también han comenzado a explorar este camino, incorporando procesadores con núcleos dedicados al ahorro de energía y sistemas que ajustan el consumo según el patrón de uso del usuario. La competencia ya no será solo por tener el cargador más rápido o la batería más grande, sino por ofrecer la experiencia más equilibrada posible.

En este contexto, los fabricantes enfrentan un desafío doble: mantener la potencia necesaria para responder a videojuegos, cámaras de alto nivel y pantallas de 120 Hz, mientras garantizan que el usuario no tenga que correr al cargador a media tarde.

El test concluyó que el iPhone 17 Pro Max domina la autonomía en la gama premium, pero la verdadera sorpresa la dio el iPhone Air, que demostró que incluso un teléfono ultradelgado puede competir de tú a tú en este terreno. La pregunta ya no es quién tiene la batería más grande, sino quién sabe administrarla mejor.

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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