Trabajar cuatro días semanales es un sueño posible… y no es vagancia

Horas

Como diría aquel famoso filósofo del movimiento chespiriano de la era mexicana de la filosofía cómica Ramón Valdés: “No hay trabajo malo, lo malo es tener que trabajar”. Sobre todo con las cargas laborales actuales de ocho horas diarias, 40 horas semanales, que siempre pueden ser y son más.

Mayor equilibrio, más felicidad, más productividad

La idea de un nuevo modelo laboral de 28 horas semanales (cuatro días) es una gran noticia. Antes de que la tildes de vagancia, de ganas de no trabajar, es importante recordar que los expertos dicen que largas horas de trabajo nos hacen más infelices e improductivos, como se puede leer en los trabajos del economista de Stanford John Pencavel en 2014 o el hecho por Akinori Nakata, investigador del Instituto nacional de seguridad y salud ocupacional, en Cincinatti, Estados Unidos.

Horarios laboralesJan-Emmanuel De Neve, profesor asociado de economía y estrategia en la Escuela de Negocios Saïd de la Universidad de Oxford aseguró en una entrevista a BBC que un fin de semana de tres días es perfectamente equilibrado para que las personas trabajen y hagan las cosas que más disfrutan, lo que los lleva a la felicidad y a un mejor desempeño laboral.

Es por eso que en enero de este año más de 15 mil trabajadores alemanes de más de 80 empresas entraron en huelga para solicitar semanas de 28 horas de trabajo, para equilibrar su vida familiar y laboral. Su solicitud, sin embargo, buscaba que la medida fuera por dos años, luego de los cuales volverían a trabajar tiempo completo y, quienes trabajaran esas 28 horas semanales para poder cuidar niños o ancianos, recibirían un subsidio adicional de 200 euros mensuales, de acuerdo con una nota de The Guardian.

Probar mejoras laborales… cosas del primer mundo

El tema está tan caliente en Europa que ya hay algunas empresas haciendo pruebas para saber si los beneficios de trabajar 28 horas semanales son reales para ambas partes. Por ejemplo, Perpetual Guardian, una empresa de Nueva Zelanda encargada de fidecomisos y fianzas, les pidió en mayo a sus 240 empleados que trabajaran solo cuatro días, de ocho horas cada uno, por dos semanas, sin que eso afectara sus sueldos, según The Guardian.

Horarios laboralesDespués de esa prueba, investigadores de la Universidad de Auckland y de la Universidad de tecnología de Auckland realizaron encuestas a los empleados. Los resultados indicaron que 24% de ellos reportaron mayor equilibro entre su trabajo y vida. Además, el 7% de ellos aseguró que sus niveles de estrés bajaron. En resumen, se reportaron más altos niveles de satisfacción laboral.

Los resultados para la empresa fueron tan satisfactorios que el fundador, Andrew Barnes, decidió que la medida de horas laborales fuera permanente y les permitió a los empleados decidir si trabajaban 28 horas semanales o seguían con sus horarios a tiempo completo. En caso de optar por la alternativa de cinco días laborales, se les daban opciones flexibles, como salir o entrar más temprano para evitar el tráfico, así como administrar a su conveniencia compromisos personales.

Otra pruebas, otras formas… ¿y en Colombia pa’ cuándo?

Pero no solo se han hecho pruebas en Nueva Zelanda. En Islandia, en 2016, se revelaron los datos de un estudio realizado durante un año, en el que redujeron casi a la mitad las jornadas laborales a tiempo completo de empleados de oficinas municipales. Se descubrió así que, a pesar de que los trabajadores pasaban menos tiempo en las oficinas, la productividad y los costos permanecían iguales.

Hay otros experimentos que no implican reducciones drásticas de los horarios, pero sí buscan equilibrio entre lo laboral y lo personal. Por ejemplo, en Japón, donde existe una palabra para el término “muerte por exceso de trabajo”, el gobierno inventó algo llamado ‘lunes resplandeciente’ que consiste en darles la oportunidad a los trabajadores de empezar tarde un lunes al mes, recuerda BBC.

Eso no funcionaría muy bien en Colombia, donde tenemos muchos ‘lunes resplandecientes’ que llamamos festivos y se nos vuelven puentes. De hecho, esos días festivos serían el problema más grande que deberíamos afrontar si queremos horarios laborales de 28 horas por semana, ya que tenemos 18 de ellos, muchos de los cuales caen en lunes y que nos ubican como uno de los países con más días feriados en el mundo.

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En ese orden de ideas, la ley debe contemplar cómo funcionarían los festivos en una semana de 28 horas laborales. Los feriados podrían hacer parte de los tres días de descanso, aunque esto seguro no le gustaría a muchas personas.

Entonces, para mantener a todos contentos, se podrían sumar a los tres días de descanso solo los festivos más importantes, como el Día de la independencia o Navidad. O, sencillamente, se podría probar qué tal nos va con puentes festivos de cuatro días y tres días laborales cuando toque. Lo cierto es que sí es un tema que se debe tener en cuenta.

Sin embargo, es importante ir un paso a la vez y por ahora debe ser prioritario comenzar a hacer pruebas para ver los niveles de satisfacción de ambas partes en semanas de 28 horas, sin que eso implique cambios salariales. En todo caso, no nos ilusionemos mucho, estamos en el país del Sagrado Corazón, donde se le grita “trabaje, vago” al que quiere darle rienda suelta al ocio. Así que mejor dejemos la lectura y pongámonos a trabajar, trabajar y trabajar nuestras lindas ocho horas diarias (o más).

Imágenes: Rawpixel, Pilarin07, Lukasbieri y Jarmoluck (vía: Pixabay)

Fernando Mejía

Fernando Mejía

Quise ser músico, cineasta, astronauta, científico y poeta, cuando supe que solo me alcanzaba para la última, me hice periodista en el Externado para al menos escribir de todo eso y no defraudar al niño que fui.

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