Evaluación: She-Hulk – Los trolls y Marvel son el mayor villano del MCU

She-Hulk

Vamos a ser claros desde el inicio. En esta nota nos encantó She-Hulk y no entiendo el odio a la serie.

O, mejor dicho: lo entiendo, pero prefiero pensar que una buena parte de la crítica no representa a las pocas piezas y videos desafortunados que me encontré. Porque, aunque muchas de estas críticas aseguran que la escritura del show es terrible, que Marvel se ha vuelto woke al extremo y ahora pone los mensajes feministas por encima de la trama, que la serie no se toma a una de las heroínas más importantes del MCU en serio… y es difícil tomar en serio estas ‘reseñas’ porque la mayoría parece estar más concentrada en odiar a la serie, antes que apreciar aquello que hace muy bien (que hace mejor que muchos de los productos del MCU).

Ah, y también hay bastante misoginia escondida detrás del discurso de odio a She-Hulk. Que la serie entendió muy bien su enemigo desde el inicio.

Es una comedia… así que por favor relájense
She-Hulk

“¡No puedo creer que hayan vuelto a Hulk un chiste secundario!”.

Gritan algunos que se molestan con el hecho de que She-Hulk decida ser una comedia… cuando desde el inicio el mismo show se publicitó precisamente como un show de este tipo. Una elección de géneros y estilo que solo ayudan a la serie. Al apartarse del género de acción y optar por divertir mucho más que integrar, She-Hulk logra hacer cosas que otras series de Marvel simplemente no pueden hacer.

Por ejemplo, la serie no sigue los parámetros tradicionales del MCU. En vez de concentrarse en una trama principal, en un mal inminente o en un villano con la intención de dominar el mundo, She-Hulk es sobre su protagonista. Es una historia de orígenes poco común, porque se encarga de explorar a través de sus historias la lucha de Jennifer Walters por reconciliar sus dos partes y por luchar contra el odio natural que parece surgir hacía ella.

Y esto lo hace a través del género de la comedia de abogados. Cada uno de estos casos contenidos puede parecer ‘tonto’ dentro de la gran escala del MCU. ¿Por qué perder el tiempo con la historia de un mago fracasado?, ¿Es que acaso Daredevil no es nada más que un cameo para hacer chistes sobe la cama? La respuesta es que sí: She-Hulk no se toma en serio estas historias, porque nunca fue el propósito del show. El humor y estas historias contenidas solo son el motor para explorar a su personaje principal, para salir de la jaula narrativa que ofrece Marvel.

Meta… a veces muy meta

Por supuesto, puede ser raro que sea She-Hulk y no un Deadpool la primera persona en romper la cuarta pared del MCU. No los culpamos si ver a Jennifer Walker hablar con el espectador o dirigirse directamente a Marvel Studios para darles consejos sobre cómo contar su historia no es algo que los emocione.

Y lo cierto es que después de décadas de cierto tipo de historias She-Hulk puede sentirse como una parodia. Un show que no se toma en serio, que no va para algún lado, que convierte las interacciones más básicas en chistes sin mayor propósito… bueno esta es una fórmula difícil de tragar cuando toda la fase 4 ha tenido problemas para cumplir con las expectativas de este mundo de héroes en constante expansión.

El final, por ejemplo, quizás peca un poco de esta idea. En cierta manera se siente más cómo la conclusión de un episodio de Rick and Morty (lo que se justifica cuando sabes que She-Hulk fue creado y escrito por la misma persona a cargo del episodio de Picke Rick, Jessica Gao). Y aunque ser tan ‘meta’ puede funcionar como una herramienta de humor en un show de Marvel, usarla como conclusión del show se siente un poco… ¿barato? Es como si toda la tensión del episodio anterior fuera desmontada y descartada en pro de una broma.

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Es curioso, porque todo el chiste del capítulo final es que She-Hulk es sobre Jennifer tomando control de su propia historia para hacerla mejor. En medio de una narrativa dominada por trolls y personas que creen ‘cómo’ se debería escribir su historia, ella toma las riendas y corrige estos problemas. Pero la resolución descarta esto y en cierta manera ignora el problema para llevarnos directamente a la conclusión de manera rápida y… ¿por qué no decirlo? Algo barata.

She-Hulk: Los trolls y Marvel son el mayor villano del MCU

La cosa es que, si omitimos las contradicciones del episodio final, She-Hulk es uno de los experimentos más interesantes del MCU.

Es bueno encontrar un show que reconoce que los héroes de Marvel tienen sexo. Es bueno encontrar uno que se burla de las cosas más mundanas de este mundo de vigilantes y tiranos galácticos. Sirve tener una historia que haga eco en lo tóxico que pueden volverse las comunidades que aseguran amar un producto, para luego no soportar nada más allá de su propia visión de lo ‘correcto’. She-Hulk es una serie divertida, inteligente y por encima de todo es diferente a lo que usualmente conocemos.

Por desgracia, también es un show que termina incumpliendo muchas de las razones por las que se siente el desgaste de este universo. ¿Cameos innecesarios? Por desgracia ¿Humor por encima de historia? Sin duda ¿Conclusiones débiles? Sin duda.

Los trolls son el villano principal de She-Hulk. Pero les damos el segundo lugar a Marvel como el otro enemigo (secreto) de la serie más reciente de Marvel.

Imágenes: Marvel Studios

Jeffrey Ramos González

Jeffrey Ramos González

Mi papá quería que fuera abogado o futbolista. Pero en vez de estudiar o salir a la cancha, me quedé en la casa viendo 'Dragon Ball Z', jugando 'Crash Bandicoot' y leyendo 'Harry Potter'. Así que ahora que toca ganarse la 'papita' me dedico a escribir de lo que sé y me gusta. Soy periodista graduado de la Javeriana, escritor de ficción. He publicado en El Tiempo, Mallpocket, entre otras revistas.

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