Los trasplantes de riñón de cerdo inician su fase de prueba en humanos, tras la escasez de órganos

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó los primeros ensayos clínicos con riñones de cerdo en humanos, un paso decisivo en la búsqueda de soluciones a la escasez de órganos. La autorización permitirá que la empresa de biotecnología eGenesis inicie procedimientos con pacientes, en lo que representa la fase más avanzada hasta ahora de esta tecnología médica experimental.

La técnica no es completamente nueva. Desde 2021 se han realizado trasplantes experimentales bajo condiciones de uso compasivo, en pacientes que no tenían más alternativas. Sin embargo, esta autorización oficial significa que el procedimiento podrá evaluarse de manera sistemática, con protocolos estandarizados y seguimiento en una población más amplia de pacientes.

El trasfondo es la enorme demanda de órganos. En Estados Unidos más de 100.000 personas esperan un trasplante y 86 % de ellas necesitan un riñón. El tiempo de espera puede superar los cinco años, y en personas con sangre tipo O alcanzar hasta una década. Para muchos, la diálisis prolongada se convierte en un puente frágil hacia un futuro incierto, con tasas de mortalidad que superan el 50 % a cinco años.

Los cerdos utilizados en estos experimentos no son comunes: están editados genéticamente para eliminar un gen responsable de un carbohidrato, el alfa gal, que provoca un rechazo inmediato en los humanos. La herramienta para lograrlo ha sido CRISPR, una técnica que permite modificar con precisión segmentos específicos del ADN.

Casos recientes muestran tanto los avances como las limitaciones del proceso. En el Hospital General de Massachusetts, Bill Stewart, de 54 años, recibió un riñón de cerdo en junio de 2025. Tras años de diálisis y con solo 10 % de función renal, hoy no solo ha regresado a casa sino también a su trabajo como fisioterapeuta. Aunque reconoce que su energía no es plena, valora el simple hecho de volver a caminar y practicar actividades al aire libre.

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Otros pacientes han tenido trayectorias distintas. Rick Slayman, el primer receptor vivo de un riñón de cerdo en 2024, falleció meses después por problemas cardíacos no relacionados con el órgano trasplantado. En contraste, Tim Andrews, de 67 años, continúa siendo hasta ahora el receptor de riñón de cerdo más longevo del mundo. Estos contrastes explican la necesidad de pasar a ensayos controlados que permitan medir resultados de manera más objetiva.

Los xenotrasplantes también se han intentado con corazones. Dos pacientes recibieron órganos de cerdo en la Universidad de Maryland, aunque con supervivencias limitadas. En paralelo, el centro médico NYU Langone ha realizado intervenciones combinadas, como la de Lisa Pisano en 2024, quien recibió un riñón de cerdo y una bomba cardíaca mecánica, aunque el órgano tuvo que retirarse semanas después.

El interés de las compañías biotecnológicas refleja la confianza en que esta vía es viable. United Therapeutics, competidora de eGenesis, planea iniciar su propio ensayo con hasta 50 pacientes. Por su parte, eGenesis espera tratar a 33 personas en los próximos dos años y medio, lo que permitirá observar si los resultados iniciales pueden replicarse en una muestra más diversa.

Expertos en trasplantes subrayan que el siguiente reto será aplicar la técnica en pacientes menos graves. Hasta ahora los receptores han sido personas con múltiples complicaciones, lo que hace difícil evaluar la verdadera durabilidad del órgano. Ensayos con pacientes en etapas más tempranas de la enfermedad renal permitirán aislar mejor el desempeño del riñón trasplantado.

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La comunidad médica mantiene un optimismo cauteloso. Para el doctor Robert Montgomery, pionero del xenotrasplante en NYU Langone y receptor él mismo de un trasplante de corazón, el avance de cuatro años desde la primera intervención hasta los ensayos autorizados es un logro inesperadamente rápido. “Siempre pensé que si lográbamos trasplantar un riñón de cerdo a un humano, funcionaría”, señaló.

Los pacientes también expresan esperanza. Stewart afirma que aceptó el procedimiento con decisión, convencido de que era la única opción realista para mejorar su calidad de vida. En encuestas de la Asociación Estadounidense de Pacientes Renales, más del 70 % de los consultados dicen estar dispuestos a recibir un órgano de cerdo si cuenta con aprobación oficial.

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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