El Gobierno detiene a World en Colombia: se acabó el experimento de escanear ojos por criptomonedas

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El iris se convirtió en la nueva frontera de la privacidad digital, y Colombia acaba de trazar una línea roja. La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) ordenó suspender las operaciones del proyecto World en el país, un sistema que escaneaba ojos a cambio de criptomonedas.


La medida busca frenar lo que el gobierno considera una práctica opaca en el manejo de información biométrica.

World prometía una revolución: crear una identidad global verificada que diferenciara a los humanos de los bots.

El modelo ofrecía tokens digitales como incentivo, mientras capturaba datos oculares mediante un dispositivo metálico conocido como Orb.

Pero la promesa de inclusión tecnológica pronto se vio opacada por una pregunta más profunda: ¿quién controla la información que hace única a una persona?

Según la SIC, la empresa no cumplía con las normas de protección de datos ni ofrecía claridad sobre el destino de la información.

Tampoco garantizaba mecanismos para que los usuarios pudieran eliminar sus registros o revocar su consentimiento.

En palabras de la superintendenta Cielo Rusinque, la compañía “era opaca y no demostraba garantías adecuadas de seguridad”.

La decisión colombiana no ocurre en un vacío

World enfrenta investigaciones similares en España, Portugal, Kenia y Chile, países que también exigieron suspender el escaneo de ojos por riesgos éticos y legales.

La diferencia es que Colombia actúa en un contexto donde el debate sobre inteligencia artificial y privacidad recién empieza a madurar.

Para el gobierno de Gustavo Petro, la identidad digital no puede ser una moneda de cambio.

El presidente celebró la decisión y recordó que “usted es dueño de sus datos”, reforzando la idea de que la soberanía digital también es una forma de independencia.

En un mundo donde los datos se cotizan más que el petróleo, la frase adquiere peso político.

Desde la otra orilla, la compañía Tools for Humanity —responsable del proyecto— asegura que los iris no se guardan como imágenes, sino como códigos cifrados imposibles de reconstruir.

Sin embargo, expertos en ciberseguridad advierten que el problema no está solo en el cifrado, sino en la asimetría de poder: el usuario entrega datos que no puede controlar ni auditar.

“Un código biométrico no es anónimo si puede usarse para identificarte siempre”, explica el analista digital Santiago Niño.

Lo más preocupante, según los especialistas, es el modelo de incentivos.

Ofrecer tokens a cambio de información personal puede fomentar la recolección masiva entre comunidades con menos recursos o conocimiento sobre privacidad.

En la práctica, se convierte en un trueque desigual: dinero digital a cambio de datos humanos.

El caso WorldCoin podría marcar un precedente en América Latina.

Por primera vez, una autoridad de la región actúa de forma preventiva frente a un experimento global de identificación digital.

La decisión deja una lección para las tecnológicas: no basta con hablar de innovación si el costo es la confianza del usuario.

Colombia envía así un mensaje claro al ecosistema digital: la IA puede ser poderosa, pero no está por encima del consentimiento.

Y en la carrera por crear un futuro más conectado, la identidad sigue siendo el único dato que no debería tener precio.

Imagen: Archivo ENTER.CO

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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