Nasa llevará humanoide a la luna en 1.000 días

Robonaut 2 puede ser muy util y tiene mucho estilo, pero será su sucesor quien viaje a la luna. Foto: Nasa, (vía Wikimedia Commons).
A pesar de los drásticos recortes en el presupuesto del programa lunar, los ingenieros de la agencia espacial quieren regresar a la luna, así el que viaje sea un robot y no un ser humano.
Robonaut 2 puede ser muy útil y tiene mucho estilo, pero el que viajará a la luna será su sucesor. Foto: Nasa (vía Wikimedia Commons).

El mes pasado, Barack Obama cambió radicalmente (inglés) el rumbo del programa espacial estadounidense al cancelar el proyecto Constellation para priorizar el desarrollo de tecnología para viajes comerciales y un nuevo sistema de propulsión. Esta decisión prácticamente acabó con la esperanza de la Nasa de volver a llevar a un ser humano a la luna.

Sin embargo, no fue suficiente para extinguir por completo el sueño lunar de los ingenieros de la agencia. Puede que un humano no vaya a volver a la luna por cuenta de Estados Unidos en el futuro cercano, pero un humanoide podría estar en la superficie del satélite dentro de apenas 3 años.

De acuerdo con el diario The Daily Mail (inglés), miembros de la Nasa, debido al poco entusiasmo oficial por regresar a la luna, han planeado una ‘misión con técnicas de guerrilla’ para volver a la luna por medio de un robot con forma de humano. La iniciativa –que surgió de Stephen J. Altemus, el jefe de ingeniería del Centro Espacial Johnson en la ciudad de Houston– ha sido bautizada Proyecto M.

El reto es lograr llevar a un robot a la luna dentro de los próximos 1.000 días usando una fracción del presupuesto que requeriría un viaje tripulado.

El costo de Proyecto M es de 200 millones de dólares (365.000 millones de pesos) más los 250 millones (456.000 millones de pesos) que requiere construir el cohete. El total sería unas 300 veces menos que el costo de una misión tripulada a la luna, el cual se estima en unos 150.000 millones de dólares (273 billones de pesos).

A pesar de los ahorros, las finanzas del proyecto son su peor enemigo. Uno de los ingenieros incluso se vio obligado a invertir 80 dólares (145.000 pesos) de su bolsillo en materiales para probar un tanque de combustible. A pesar de las dificultades presupuestales y el corto plazo para el proyecto, los ingenieros están más inspirados que desmotivados por la situación.

El tiempo límite “crea un sentimiento de urgencia”, dijo Matthew Ondler, el gerente de Proyecto M. “La Nasa siempre está en su mejor momento cuando tiene poco tiempo para resolver las cosas”.

Aunque quien va a desembarcar en la luna no va a ser un humano, su apariencia va a ser similar a la nuestra. Parte del objetivo de este proyecto es inspirar a que nuevas generaciones se interesen en el espacio como ocurrió en los años 60 y 70 con el programa Apolo. Por eso es importante que la gente vea una figura humana, algo que refleje fielmente a nuestra especie.

Aunque el diseño final para el robot lunar no se ha finiquitado, seguramente se inspirará en Robonaut o R2, el humanoide que va a habitar la Estación Espacial Internacional a partir del 30 de noviembre –si la Nasa no retrasa otra vez el lanzamiento del transbordador Discovery. Pero a diferencia de Robonaut 2, que es ‘medio humanoide’, pues sólo representa el torso humano, el robot lunar tendrá el cuerpo completo de una persona.

Mucha suerte, ingenieros. Ojalá tengan éxito para que esta generación pueda sentir algo similar a lo que sintieron nuestros padres y abuelos el 20 de julio de 1969. Así el que salga en las imágenes sea un robot y no un astronauta.

Luis Iregui V.

Luis Iregui V.

Soy un adicto a la tecnología. Lo acepto y lo celebro. Como buen adicto, tengo toda una historia detrás de mi condición. Comencé con una obsesión por los videojuegos que con los años se transformó en una pasión por todas las cosas relacionadas a la tecnología. Esta manía me ha llevado a mantener mi cuenta bancaria en ceros, siempre a la merced del último gadget, el último juego o el último celular. Intenté satisfacer mi adicción estudiando sistemas en Estados Unidos, pero no quedé convencido y terminé desubicado en Los Andes, graduado como abogado pero frustrado por no tener un futuro tecnológico claro por delante. Para mejorar mi situación, comencé una página dedicada el cubrimiento del mundo de los videojuegos (lapaginadejuegos.com), pero incluso eso no fue suficiente para satisfacer mi apetito digital. Después de muchas vueltas, llego a ENTER.co con el sueño de convertir este sitio en el lugar de referencia para los adictos latinoamericanos como yo, que jamás están satisfechos y viven al borde de sus sillas, pendientes de todo lo que ocurre en el maravilloso mundo de la tecnología.

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