Opinión | ¿Estamos listos para dejar de hablar de digitalización y empezar a vivirla?

Por: Lorena Rodríguez, Country Manager de Axity Colombia

Aunque la digitalización es un factor decisivo para la competitividad, en América Latina la realidad va por otro camino. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), apenas el 40% de las empresas ha adoptado tecnologías digitales, frente al 70% en otras regiones. La brecha es evidente: hablamos más de lo que actuamos. Y eso nos está costando competitividad, agilidad y rentabilidad.


Pero esta brecha también es una oportunidad. Acelerar la adopción tecnológica no es un lujo, es el trampolín para dar un salto en productividad e innovación. La pregunta es: ¿quién se atreverá a dar ese salto primero? Las compañías que lo hagan estarán marcando el rumbo; las demás quedarán rezagadas mirando cómo el mercado se les escapa de las manos.

¿Qué necesitan entonces las empresas latinoamericanas para dejar de hablar de digitalización y empezar a vivirla? Desde Axity hemos visto que dos palancas están marcando la diferencia: la inteligencia artificial aplicada al negocio y la automatización inteligente.

La inteligencia artificial ya no es promesa de futuro, es una herramienta tangible. Bien aplicada, permite anticipar patrones de comportamiento, personalizar servicios, detectar fallas antes de que ocurran y, sobre todo, decidir más rápido y con menos errores. En países como Colombia, su potencial es enorme: el 35% de los empleos podría beneficiarse de forma positiva con estas tecnologías, de acuerdo con la OIT y el Banco Mundial.

 

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La otra cara de la moneda es la automatización inteligente. No hablamos solo de digitalizar tareas repetitivas, sino de rediseñar procesos completos para que sean ágiles, confiables y escalables. Es la diferencia entre “hacer lo mismo más rápido” y “hacerlo distinto para hacerlo mejor”. Y lo más poderoso es que libera al talento humano para enfocarse en lo que realmente genera valor: la innovación.

Las proyecciones son claras: el mercado de automatización en América Latina crecerá casi un 6% anual entre 2025 y 2030. La demanda de agilidad y eficiencia no se detendrá; al contrario, se acelerará.

Ahora bien, el verdadero cambio no ocurre si estas tecnologías se implementan en silos. Su impacto máximo se alcanza cuando se articulan de forma estratégica, cuando IA y automatización trabajan como engranajes de una misma máquina. Ahí es cuando se reduce la deuda técnica, se gana velocidad y se construyen capacidades sostenibles para competir de verdad.

El reto no da espera. América Latina no puede seguir hablando de innovación mientras otros ya la están ejecutando. La transformación digital no es una promesa lejana, es una decisión del presente. Y no se trata de gastar más, sino de invertir mejor: en inteligencia, en agilidad y en visión.

La pregunta final es inevitable: ¿estamos listos para dejar de correr detrás y empezar a marcar el paso en la nueva economía de datos?

Imagen: Generada con IA / ChatGPT

Colaboradores ENTER.CO

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Muchos periodistas y blogueros de Colombia, Latinoamérica y España colaboran esporádicamente con ENTER.CO, aportando su conocimiento y puntos de vista frente al acontecer tecnológico y de Internet.

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