Por: Sandra Sorza, Líder de Soluciones en Modelado y Toma de Decisiones de Riesgo en SAS Institute
Reducir el tiempo de aprobación de créditos en un 70%, pasando de semanas a minutos, representa un avance notable tanto para la gestión financiera como para la experiencia del cliente. Sin embargo, cuando esa velocidad no está respaldada por controles adecuados, aparecen los verdaderos riesgos.
La hiperautomatización puede acelerar los procesos, pero sin una gobernanza rigurosa puede conducir a errores masivos: evaluaciones crediticias incorrectas, créditos concedidos a clientes de alto riesgo o decisiones inconsistentes. ¿Estamos preparados para enfrentar estos desafíos? Las consecuencias no solo impactan el costo de riesgo, sino también la confianza y la reputación de las instituciones de crédito.
Otro aspecto clave es la creciente complejidad de las instituciones financieras. La competencia se intensifica, más jóvenes con mayores expectativas de servicio y productos que requieren mayor nivel de automatización. Para la banca tradicional, la transformación tecnológica es inminente: se requiere capturar nuevos segmentos manteniendo responsabilidad, con supervisión humana constante que garantice decisiones justas y transparentes.
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La inteligencia artificial y el machine learning están revolucionando la evaluación de riesgo, mejorando el desempeño de los modelos. Pero además, se necesitan tecnologías que ofrezcan flexibilidad y democratización de las técnicas de modelado (Haciendo uso de técnicas de drag and drop), permitiendo que las áreas de negocio participen activamente en el proceso analítico. Un ciclo más integrado, que reduzca drásticamente el tiempo desde el desarrollo hasta la puesta en producción, es crítico para generar verdadero valor. Ese valor solo se materializa si está acompañado de un marco sólido de gobernanza.
La integración de monitoreo constante de modelos y señales tempranas, tanto de modelos como del portafolio de crédito, permite anticipar el deterioro crediticio hasta seis meses antes. Esto facilita actuar de manera proactiva y reducir pérdidas relevantes.
En definitiva, la hiperautomatización es una gran aliada de la eficiencia, la seguridad y el crecimiento, siempre que se implemente con disciplina y con la combinación adecuada de tecnología, supervisión humana y procesos de gobernanza. Ignorar esta necesidad es un riesgo que ninguna empresa puede permitirse.
¿Estamos listos para convertir la automatización en una ventaja sostenible y confiable? Esa es la verdadera pregunta.
Imagen: Generada con IA / ChatGPT