El 2025 ha confirmado algo que en años anteriores se veía venir: la inteligencia artificial ya no es un complemento ocasional en el trabajo de los programadores, sino una herramienta habitual. Según la última encuesta global de Stack Overflow, más de 30 mil desarrolladores afirmaron que han aprendido a utilizar herramientas habilitadas por IA, ya sea para avanzar en sus carreras o por pura curiosidad personal. El dato más revelador es que la mayoría reconoce que esta tecnología está reconfigurando sus procesos diarios, aunque no siempre con resultados uniformes.
De los encuestados, 16.385 desarrolladores dijeron haber aprendido a usar herramientas de IA porque eran necesarias para su empleo o crecimiento profesional, mientras que 14.007 lo hicieron por interés personal o hobbies. En contraste, menos de 5 mil afirmaron no haber invertido tiempo en aprender IA en el último año. Esto refleja que el aprendizaje de estas herramientas se ha convertido en un estándar del oficio, no una opción secundaria.
Sin embargo, la adopción no se traduce automáticamente en confianza. La encuesta muestra que casi 19 mil desarrolladores se ubican en una zona de escepticismo: 9.859 dicen que confían solo parcialmente en los resultados de la IA, y 8.676 muestran una ligera desconfianza. Apenas un grupo reducido, poco más de mil, asegura confiar plenamente en la precisión de estas herramientas.
Esta percepción se relaciona con los problemas que los programadores enfrentan al trabajar con código generado por IA: depuración más lenta, dificultad para entender cómo funciona el resultado y, en algunos casos, pérdida de seguridad en su propia capacidad de resolver problemas.
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El desempeño de la IA en tareas complejas también genera opiniones divididas. Para 8.374 desarrolladores, los modelos funcionan “bien, pero no de forma excelente”, mientras que más de 13 mil consideran que su rendimiento es deficiente o muy pobre. Solo 1.453 creen que la IA maneja muy bien los desafíos más difíciles. La conclusión es clara: la IA aligera el trabajo en rutinas repetitivas, pero aún no reemplaza la intuición y el razonamiento humano en problemas de alta dificultad.
El uso de agentes de IA, programas autónomos capaces de ejecutar tareas con poca intervención humana, todavía es limitado. Más de 12 mil desarrolladores aseguran no usarlos ni tener planes de hacerlo, y unos 5.500 dicen que planean adoptarlos pronto. Apenas 4.506 los utilizan a diario, y un grupo similar los emplea de manera semanal o mensual. La resistencia parece estar ligada a dos factores: la complejidad de integrar agentes en los flujos de trabajo existentes y la preocupación por la seguridad de los datos.
Aun con estas limitaciones, la mayoría reconoce que la IA ya está cambiando la forma en que trabajan. Unos 11.156 desarrolladores afirman que su trabajo ha cambiado “en cierta medida” gracias a estas herramientas, y 5.171 dicen que lo ha hecho en gran medida. Solo 13 mil consideran que el impacto ha sido mínimo. Es decir, incluso quienes no usan la IA de forma intensiva reconocen que el entorno de desarrollo se ha transformado por su influencia.
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La encuesta deja un mensaje claro: la IA es una aliada cada vez más presente, pero no infalible. Los desarrolladores valoran su capacidad para acelerar tareas repetitivas y para generar borradores de código, pero siguen recurriendo a sus propias habilidades cuando se trata de depuración, arquitectura de sistemas o resolución de problemas inéditos. El equilibrio entre automatización y criterio humano parece ser la clave de este momento histórico en la industria tecnológica.
En palabras simples, la IA ya está dentro de los escritorios de los programadores, pero todavía no ha conquistado su confianza total. El próximo desafío será resolver las dudas sobre precisión, seguridad y control, al tiempo que se aprovechan sus ventajas para trabajar más rápido y con menos esfuerzo en lo rutinario. El 2025 marca un punto de inflexión: los desarrolladores no se preguntan si deben usar IA, sino hasta dónde pueden confiar en ella.
Imagen: Archivo ENTER.CO