Cómo mantener seguro tu carro: una lista básica

Comprar un carro es tal vez es uno de los anhelos de muchas personas hoy en día. Obtenerlo no solo significa que tienes un medio de transporte propio y más cómodo para ti y tu familia, sino que de cierta manera demuestra que estás haciendo las cosas bien. 

Todos quieren manejar un carro.
El sueño de muchas familias es tener un carro en el que puedan salir a pasear.

Por eso es que vale mucho la pena cuidarlo como si fuera un bebé, ya que un buen dinero sí que vale.

La seguridad vial depende de un conductor responsable que cuide a su máquina. Y es que debido a la poca información que hay al respecto del mantenimiento de un vehículo, se suele pensar que basta solo con cambiarle el aceite y ponerle gasolina. Pero eso no es así. Hablemos entonces sobre cinco partes fundamentales sobre la seguridad automotriz.

El triángulo de la seguridad

Este término hace referencia a los componentes que controlan cada aspecto relacionado con la dirección, la estabilidad y el frenado. Si bien la inspección de ‘el triángulo de la seguridad’ va más allá de solo ruedas, amortiguadores y frenos, para los propósitos de esta nota es mejor mantener la cosa sin muchos tecnicismos y fácil de digerir.

Neumáticos

Muchos factores influyen en la durabilidad y eficiencia de las gomas: la forma en que se almacenan antes de ser vendidas, el clima o las condiciones geográficas. Si bien esas cuestiones no dependen enteramente de nosotros, otro factor influyente en la vida útil de un neumático es la manera en la que el usuario conduce su carro. Y eso sí depende enteramente de nosotros.

Hay que cuidarse de baches, huecos, terrenos irregulares y, cuando llueve, es muy importante alejarse de por donde se canaliza el agua, ya que pueden haber materiales filosos arrastrados por la corriente que dañen las llantas. Si encuentras desgastes en el labrado que no son uniformes, mayor en unas zonas que en otras, es síntoma de niveles de presión incorrectos.

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Se deben realizar chequeos regularmente de la presión de las llantas. La presión no puede ser ni la más baja ni la más alta. Sí el escenario es así, el consumo de combustible aumenta y las llantas se desgastarán más rápido, por lo que el agarre no será el adecuado. La ecuación dice que si tienes un rin de 13 pulgadas de diámetro, la presión de aire debe ser de 26 libras. Si tienes rin 14, la presión es de 28 libras, y así sucesivamente. Aunque muchas veces, la presión de las llantas de adelante y atrás varía, por lo que es mejor estar sujeto a lo que dice el fabricante.

En la medida de lo posible, la medición de la presión debe hacerse con las llantas lo más frías posible, ya que si están calientes el resultado será mentiroso.

Amortiguadores

La función de los amortiguadores es hacer la conducción más cómoda, pero también más segura. Ayudan a mantener los neumáticos en contacto con la carretera y proporcionan estabilidad a la máquina en curvas cerradas o a altas velocidades.

Un amortiguador averiado hará que el conductor se canse más rápido de estar sentado, lo que afecta su tiempo de respuesta. También desgasta los neumáticos e incrementa la distancia de frenado. Los amortiguadores se desgastan a través del uso poco a poco, por eso es difícil identificar su estado a simple vista. Lo recomendable es hacer un chequeo cada 20.ooo kilómetros.

Es muy recomendable nunca tergiversar el propósito por el que el vehículo fue diseñado, ya que si excedes el peso soportable para el auto podrás estar dañando el sistema de amortiguación.

Frenos

Si un freno está desgastado, el auto necesitará más metros para detenerse en una situación de emergencia. Al igual que los neumáticos y los amortiguadores, el desgaste de los frenos depende de la conducción. Si se escuchan ruidos extraños (chirridos) al frenar o la respuesta no es normal, inmediatamente debes someter a revisión tu vehículo.

Por lo general, los sistemas de frenado trabajan gracias a las pastillas y los discos, los cuales se desgastan rápidamente. Eso no significa que el sistema de frenado esté dañado. Solo es cuestión de cambiar las pastillas y discos periódicamente cada 25.000 kilómetros. Ademas, vale la pena tener en cuenta que es normal los frenos delanteros y sus accesorios (pastillas y discos) se desgasten dos veces mas rápido que los de las llantas de atrás.

Filtros (ligados al cambio de lubricante)

Si bien un vehículo tiene varios tipos diferentes de filtros, los más trascendentales para un óptimo rendimiento son los de aceite y aire.

El filtro de aceite impide que partes metálicas se desprendan de los componentes del motor –por su desgaste normal– y entren al liquido lubricante (aceite). El filtro de aceite retiene esos pedacitos que contaminarían el rendimiento del motor.

Al sacar la varita de medición del aceite, el líquido debe empapar entre las dos rayitas. Esto indica que el nivel de lubricante es el adecuado.
Al sacar la varita de medición del aceite, el líquido debe empapar entre las dos rayitas. Esto indica que el nivel de lubricante es el adecuado.

Por otra parte, el filtro de aire detiene el paso de partículas presentes en el aire que aspira el motor. No permitas que soplen el filtro y lo vuelvan a poner. Esto puede hacer que los orificios se agranden.

Lo ideal es hacer el cambio de estos dos filtros cada vez que se cambia el lubricante. En teoría, y haciendo un promedio entre varios productos, lo aconsejable es cambiar el lubricante cada 15.000 kilómetros. Pero eso sí: cuidado con mezclar aceites, sea entre marcas distintas o entre un líquido viejo con uno nuevo. Esto hace que sus propiedades intrínsecas se neutralicen en un gran porcentaje.

Sistema de escape

Dentro de las funciones de un carro, los que cumplen con una tarea más dura son los sistemas de escape. Su misión es reducir las emisiones contaminantes de los gases que expulsa el motor por el proceso de combustión y reducir el nivel sonoro de los gases por medio de los silenciadores. Ojo, el exhosto no es el sistema de escape: solo es el tubo por donde salen los gases.

El deterioro del sistema de escape es inminente, dada su funcionalidad. Circular con un sistema de escape defectuoso puede aumentar el peligro de incendio del vehículo, o liberar los gases tóxicos hacia el interior de la cabina.

Su revisión debe hacerse a partir de los 60.000 kilómetros. Para cuidarlo, debes evitar subirte a andenes o bordillos, o darle golpes. Si detectas olores raros, o ves humo saliendo por el exosto, prende las alarmas y acude de inmediato a un centro automotor.

Pero dentro de todo lo que hemos comentado, lo más valioso es estar alerta ante cualquier situación irregular. Un auto es muy complejo. Y ante la menor pista de que algo está fuera de lo normal, pide ayuda especializada.

Imágenes: Lucas Ohori (vía Flickr) y captura de pantalla

 

 

 

Juan Felipe Guerrero C.

Juan Felipe Guerrero C.

Mi alma máter es la Universidad de La Sabana. Allí me gradué de Comunicación Social y Periodismo. Soy un sujeto apasionado por la industria automotriz, la cinematográfica y la musical. Fervoroso admirador del Capitán Haddock, y eterno enamorado del Ford Mustang y de Cara Delevigne.

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