Un técnico en Colombia repara una máquina industrial mientras es guiado en tiempo real por un experto que se encuentra en Alemania, sin que ninguno tenga que salir de su país.
Lo que antes parecía una escena de ciencia ficción hoy es una realidad habilitada por la realidad extendida (XR), un conjunto de tecnologías que está redefiniendo la forma en que las personas trabajan, aprenden e interactúan con el mundo digital.
La relación entre personas y tecnología ha evolucionado hasta transformar la manera en que empresas y profesionales diseñan sus estrategias. En ese contexto, la realidad extendida (XR) se consolida como una de las tecnologías clave para crear nuevas experiencias y optimizar procesos.
¿Qué es la realidad extendida y por qué importa hoy?
La realidad extendida es un concepto que engloba tres tecnologías principales: realidad virtual (RV), realidad aumentada (RA) y realidad mixta (RM). Todas permiten combinar el mundo físico con entornos digitales, generando experiencias inmersivas que están redefiniendo sectores como la industria, la educación, la salud y el comercio.
El impulso de estas tecnologías ha captado la atención de instituciones públicas. La Comisión Europea, por ejemplo, ha puesto el foco en la XR por su capacidad para crear experiencias cada vez más inmersivas y por su potencial para fortalecer la competitividad digital del continente.
En Europa, este interés se materializa en iniciativas como la Coalición Industrial de Realidad Virtual y Realidad Aumentada. Su objetivo es servir como plataforma de diálogo entre el ecosistema tecnológico y los responsables políticos, facilitando el desarrollo y la adopción de estas soluciones.
Realidad extendida: usos reales más allá del entretenimiento
La realidad virtual es uno de los pilares de la XR. Utiliza herramientas informáticas para crear escenarios y objetos digitales que simulan entornos reales. Mediante gafas o cascos especializados, los usuarios pueden sentirse dentro de ese espacio e interactuar con él de forma inmersiva.
Según explica Ricardo Román Santurio, Chief Sales Officer de Fracttal, la realidad virtual y la realidad aumentada no son tecnologías nuevas. “Han servido para entrenar a personas desde hace mucho tiempo. Los pioneros fueron la NASA, que entrenaba a los astronautas en tierra para actividades que luego realizarían en el espacio”, señala en entrevista con Enter.
Román recuerda que estos entrenamientos evitaban riesgos extremos y altos costos. “Las caminatas espaciales de prueba son peligrosas y costosas, por eso se simulaban en tierra”, explica. Este enfoque se extendió luego a otras profesiones con altos niveles de exigencia.
Un ejemplo claro son los pilotos de aeronaves y de Fórmula 1. “Pasan horas y horas en simuladores de realidad virtual”, comenta Román. Estos entornos permiten entrenar habilidades críticas sin poner en riesgo vidas ni activos, algo que sigue siendo uno de los grandes valores de la XR.
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La realidad aumentada, por su parte, añade elementos digitales sobre un entorno físico real. Un caso común es el comercio electrónico, donde los usuarios pueden visualizar cómo quedará un producto en su espacio antes de comprarlo, mejorando la experiencia y reduciendo devoluciones. Empresas como IKEA y Amazon ya están implementando estos recursos para añadir valor al proceso de decisión de compra.
En el ámbito industrial, la RA tiene aplicaciones aún más críticas. Román destaca su utilidad en mantenimiento y operaciones complejas. “Sirve para actividades muy específicas, donde hay poco tiempo y no se pueden cometer errores, como trabajos bajo el agua o en espacios confinados”, explica.
En estos escenarios, entrenar previamente en simuladores reduce reprocesos y fallos. “Vale muchísimo la pena que las personas entrenen antes y luego ejecuten la tarea real de forma precisa”, añade el ejecutivo de Fracttal.
La realidad mixta completa el ecosistema de la XR. Combina elementos reales y virtuales con interacción en tiempo real. A diferencia de la RA tradicional, no solo superpone información, sino que permite que los objetos digitales respondan al entorno físico y a las acciones del usuario.
El futuro del mercado y las barreras de adopción
Uno de los grandes aportes de la realidad extendida es la eliminación de la distancia entre personas, marcas y expertos. Román ilustra este punto con un ejemplo concreto: “Imagina que una máquina está en Chile, pero el fabricante está en Alemania. Antes había que enviar a un especialista, lo que podía tomar días o semanas”.
Hoy ese escenario ha cambiado. “Ahora es tan simple como ponerse unas gafas de realidad aumentada. El técnico local es supervisado en tiempo real por el experto que está en Alemania”, explica. Esto reduce tiempos de inactividad y costos operativos de forma significativa.
El mercado refleja este avance. Según datos de IDC, el mercado global de gafas de realidad aumentada y virtual creció un 18,1 % interanual en el último trimestre. Meta lideró este repunte con una participación del 50,8 % del mercado.
De cara al futuro, IDC anticipa una transformación del ecosistema. Las ventas de realidad virtual pura caerán, mientras que la realidad mixta y la realidad extendida ganarán protagonismo, especialmente a través de gafas inteligentes con aplicaciones tanto de consumo como empresariales.
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A pesar de su potencial, la XR enfrenta barreras importantes. Una de ellas es la complejidad tecnológica. “Recrear todos los entornos en realidad virtual es complicado”, señala Román, quien cree que la inteligencia artificial puede acelerar este proceso y dar nuevo impulso a estos mundos digitales.
Otra limitación es el hardware. “Son dispositivos costosos y muy específicos. No hay suficiente volumen para que las soluciones sean económicas”, explica. Además, muchos equipos siguen siendo pesados y aparatosos, lo que dificulta su uso masivo.
La tecnología inmersiva también representa retos clave como el diseño de los dispositivos, la mejora de la resolución, las interacciones y la calidad de los contenidos. A esto se suma la necesidad de reducir costos para facilitar el acceso a estas tecnologías.
La confianza del usuario es otro factor decisivo. La XR maneja grandes volúmenes de datos, por lo que la protección de la información y la privacidad serán claves para su adopción generalizada.
Finalmente, expertos coinciden en que el futuro de la realidad extendida pasa por la convergencia real entre lo físico y lo virtual. Crear soluciones integradas, pensadas para usarse de forma conjunta, será determinante para que la XR deje de ser una promesa y se convierta en una tecnología cotidiana.
Imagen: Unsplash / Mohamed Nohassi