La computación cuántica ya no es una promesa futurista, pues empresas líderes la están adoptando para resolver problemas que los sistemas clásicos no pueden abordar en tiempos razonables. Este cambio marca el inicio de una nueva era tecnológica.
A diferencia de la computación tradicional, que opera con bits, esta nueva tecnología utiliza qubits. Gracias a ellos, puede procesar múltiples estados simultáneamente y ejecutar millones de operaciones paralelas en cuestión de segundos.
Este poder de procesamiento representa una revolución para áreas como la inteligencia artificial, la ciberseguridad, la logística y la investigación médica. Cada vez más sectores se interesan en sus capacidades.
Según el informe Digital Trends 2025 de Softtek, la computación cuántica permitirá crear modelos de inteligencia artificial más precisos, adaptativos y escalables. Esto abrirá nuevas posibilidades para personalizar servicios, anticipar riesgos y mejorar procesos en tiempo real.
Dos motores del cambio: IA cuántica y computación como servicio
Una de las aplicaciones más disruptivas es el Quantum Machine Learning (QML). Esta rama de la inteligencia artificial cuántica usa los qubits para entrenar modelos de forma más rápida y eficiente que los sistemas tradicionales.
El QML permitirá procesar enormes volúmenes de datos y encontrar patrones complejos con mayor velocidad, lo que beneficiará desde diagnósticos médicos hasta predicciones financieras. Es una herramienta clave para acelerar la innovación.
Otra tendencia clave es el Quantum-as-a-Service (QaaS), que lleva la computación cuántica a la nube. Empresas como AWS, Google, IBM y Microsoft ya ofrecen acceso a computadores cuánticos desde sus plataformas.
Esta modalidad elimina la necesidad de contar con infraestructura propia, lo que democratiza el acceso a la tecnología y acelera su adopción en empresas de todos los tamaños. Es el gran paso hacia la masificación de esta innovación.
Si bien la computación cuántica aún enfrenta desafíos como errores de cálculo, altos costos y falta de estándares, los avances son constantes. La proyección es clara: quien invierta hoy, tendrá una ventaja competitiva mañana.
IDC estima que el gasto empresarial en esta tecnología pasará de 1.100 millones de dólares en 2022 a más de 7.600 millones en 2027. Otro informe prevé que el mercado superará los 18.000 millones de dólares en 2035.
Asimismo, los sensores cuánticos comienzan a abrir nuevas posibilidades en navegación, obtención de imágenes, monitoreo ambiental y desarrollo de materiales. Ofrecen niveles de precisión inalcanzables para la tecnología actual.
Sectores como la manufactura, energía, salud y transporte ya están trazando hojas de ruta para incorporar soluciones cuánticas. Optimizar rutas logísticas, desarrollar nuevos tratamientos médicos y mejorar redes eléctricas son solo algunos casos de uso.
Frente a este panorama, las empresas que desarrollen hoy capacidades en computación cuántica —ya sea mediante alianzas, formación de talento híbrido o pilotos controlados— estarán mejor preparadas para liderar el futuro digital.
Imagen: Archivo ENTER.CO