Top 3 industrias que necesitan programadores y no están en Silicon Valley

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El estereotipo dice que los programadores trabajan solo en empresas de software, en gigantes tecnológicos o en startups de Silicon Valley. Sin embargo, la realidad ha cambiado. Hoy, los desarrolladores son buscados en sectores inesperados, donde el código se cruza con la salud, la comida, las finanzas o el transporte de mercancías. Tres industrias están reclamando programadores con urgencia y, aunque no son las más evidentes, son las que marcan el pulso de la transformación económica en América Latina.

Lo interesante es que no se trata de una moda pasajera, sino de un fenómeno estructural: empresas que jamás habían necesitado ingenieros de software ahora los tienen en el centro de sus operaciones. El código se volvió un activo tan esencial como la tierra, el capital o la infraestructura, y quienes sepan escribirlo están encontrando caminos profesionales en escenarios que antes ni siquiera consideraban.

1. Salud digital: cuando el código salva vidas

El auge de la telemedicina y la inteligencia artificial aplicada al diagnóstico médico ha convertido a la salud digital en un campo en plena expansión. Hospitales, clínicas y startups están desarrollando sistemas para gestionar historias clínicas electrónicas, monitoreo remoto de pacientes y algoritmos que predicen riesgos de enfermedades.

El reto no es menor: proteger la privacidad de los datos y garantizar plataformas seguras que funcionen en tiempo real. Por eso, los programadores especializados en ciberseguridad, machine learning y desarrollo de apps móviles son cada vez más solicitados. La pandemia aceleró esta tendencia, pero en 2025 la ola no se detuvo; al contrario, crece en toda la región, desde México hasta Colombia.

2. Agro inteligente: la revolución en el campo

Quien imagine el agro como una industria desconectada de la tecnología se está quedando en el pasado. Hoy, los cultivos están llenos de sensores, drones y plataformas que optimizan la producción. Desde apps que calculan la humedad del suelo hasta sistemas de trazabilidad que garantizan que un café colombiano cumpla con los estándares de exportación, la programación se volvió clave para el campo.

Los programadores que se especializan en ciencia de datos y en Internet de las Cosas (IoT) están encontrando en la agricultura una oportunidad inesperada. Las soluciones de software permiten a pequeños y grandes productores reducir costos, anticipar plagas y vender directamente al consumidor. Así, un código bien escrito puede ser la diferencia entre una cosecha exitosa y una pérdida millonaria.

3. Logística y fintech: mover dinero y mercancías con software

El comercio electrónico disparó la demanda en dos frentes: logística y fintech. Empresas de transporte, bodegas inteligentes y startups de pagos digitales necesitan desarrolladores que creen sistemas estables y escalables. No se trata solo de mover cajas, sino de garantizar entregas seguras, trazabilidad en tiempo real y experiencias de pago inmediatas para el usuario.

En el caso de las fintech latinoamericanas, el boom es aún más evidente. La región vive una explosión de soluciones de banca digital, billeteras electrónicas y préstamos en línea. La competencia es feroz y la confianza del usuario depende de la solidez del software. Un error en el código puede costar millones, mientras que una innovación bien implementada abre el acceso financiero a miles de personas.

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Ahora bien, ante esta realidad, el desafío es evidente; ¿de dónde saldrán los programadores que requiere el mercado? La academia tradicional no está cubriendo la demanda y las empresas se disputan talento en formación. Allí entra en escena programas como el Holberton, una academia de entrenamiento intensivo en software que funciona en Colombia con sedes físicas y programas 100% online.

A diferencia de una universidad convencional, Holberton apuesta por un modelo práctico basado en proyectos reales, trabajo colaborativo y aprendizaje entre pares. Su metodología, inspirada en Silicon Valley, busca preparar programadores listos para integrarse a industrias tan diversas como la salud digital, el agro o las fintech. La oferta incluye programas inmersivos en desarrollo de software, cursos avanzados en machine learning, blockchain, AR/VR y desarrollo web, con modalidades part-time o full-time según la necesidad del estudiante.

El acceso es flexible y cuenta con opciones de becas, además de costos que varían según el programa y la dedicación. Más allá de la formación, la academia ha construido una comunidad de “Holbies” que comparten experiencias y se insertan con rapidez en empresas locales e internacionales. No en vano, el 91% de sus egresados está empleado hoy en la industria tecnológica, con salarios que oscilan entre los 1.000 y los 5.500 dólares mensuales.

Imagen: Archivo ENTER.CO

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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