En 2025, el acceso a la industria tecnológica se ha diversificado como nunca antes; mientras que las universidades siguen siendo vistas como la ruta tradicional, los bootcamps han ganado terreno como una opción rápida y enfocada para quienes desean aprender programación, ciberseguridad o inteligencia artificial en menos tiempo. La pregunta clave es: ¿cuál camino conviene más para dar el salto al mundo tech?
Las universidades ofrecen programas con bases teóricas sólidas, investigación y reconocimiento académico. Sus grados suelen abrir puertas a cargos en grandes corporaciones y permiten profundizar en distintas áreas del conocimiento. Sin embargo, el proceso es largo, costoso y, en muchos casos, poco flexible frente a la velocidad con la que evoluciona la tecnología.
Por su parte, los bootcamps se enfocan en formar profesionales en meses, no en años. Sus programas intensivos buscan que los estudiantes salgan listos para resolver problemas reales, con conocimientos actualizados y aplicados. Además, suelen tener un costo menor y estar abiertos a perfiles diversos, incluso a personas que no cuentan con experiencia previa en tecnología.
A diferencia de la universidad, los bootcamps no siempre brindan la misma profundidad académica ni un título profesional. Sin embargo, las empresas de tecnología cada vez valoran más las habilidades prácticas y la capacidad de ejecutar proyectos, lo que ha impulsado la relevancia de este modelo.
Entre estas alternativas surge Holberton, una propuesta de entrenamiento que combina la agilidad de un bootcamp con un modelo de alcance global. Sus programas en áreas como inteligencia artificial generativa (29 de septiembre), desarrollo de software (6 de octubre), ciberseguridad (1 de diciembre) y machine learning (fecha próxima) están diseñados para responder a los cambios más recientes de la industria.
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Holberton se caracteriza por su metodología de cohortes, donde los estudiantes avanzan en grupo y trabajan en proyectos desde el primer día. El enfoque es práctico y se centra en aprender programando, con poca instrucción inicial y mucho trabajo autónomo, lo que prepara a los alumnos para resolver problemas como lo harían en un entorno laboral real.
Otro pilar de su metodología es el aprendizaje entre pares. Los estudiantes colaboran y se apoyan entre sí, replicando el ambiente de las empresas tecnológicas. De esta manera, no solo se fortalecen las habilidades técnicas, sino también las blandas, como la comunicación y el trabajo en equipo, fundamentales para crecer en la industria.
Desde 2016, Holberton ha formado talento que hoy trabaja en compañías como Google, Tesla, LinkedIn y Apple. Además de la formación técnica, los estudiantes reciben preparación para entrevistas, acceso a una red de contactos y la posibilidad de participar en proyectos con empresas reales. En un sector donde las habilidades se demuestran con resultados, Holberton se consolida como una alternativa accesible y eficaz para quienes quieren construir una carrera en tecnología sin esperar varios años.