Imagina tener un vendedor que conoce el historial de cada cliente, recuerda sus preferencias, detecta oportunidades de negocio en segundos y, lo más importante, nunca se toma un descanso. Ese es Oris, el primer “colaborador digital” de Yalo, un agente de ventas virtual potenciado por inteligencia artificial que, según sus creadores, puede incrementar las ventas promedio de una empresa hasta en un 40%.
La propuesta suena tan ambiciosa como inevitable. En un contexto donde las interacciones comerciales migran cada vez más hacia plataformas como WhatsApp o las aplicaciones móviles, Yalo, una empresa especializada en ventas inteligentes, presenta a Oris como una evolución de los asesores tradicionales. Pero detrás de los titulares optimistas y las promesas tecnológicas, el lanzamiento abre también una reflexión incómoda: ¿estamos frente a una nueva generación de vendedores o ante la automatización sistemática de empleos comerciales?
Oris no es un chatbot genérico. Su diferencia radica en el uso de datos contextuales y aprendizaje continuo para interactuar con los clientes de forma personalizada. Sabe qué sugerir, cuándo hacerlo y por qué canal, ya sea a través de texto, voz o notificaciones automáticas. Incluso negocia precios y aplica promociones en tiempo real, replicando lo que haría un asesor humano, pero con la precisión y la escalabilidad que solo permite la IA.
Yalo asegura que Oris ya demuestra resultados tangibles. En sus primeras implementaciones, las empresas han reportado un crecimiento de hasta un 47% en los ingresos por cliente y casi un 50% en el número de productos vendidos por pedido. Además, se triplica la tasa de conversión en comparación con los canales tradicionales de comercio electrónico.
Te puede interesar: Millones en Colombia se conectan, pero solo para redes y chat: internet sigue lejos de ser una herramienta de estudio o trabajo
A simple vista, la ecuación parece ganar-ganar: mayor eficiencia, más ventas y mejor experiencia para el cliente. Sin embargo, el entusiasmo empresarial contrasta con las preguntas que este tipo de tecnología deja en el aire. ¿Qué pasa con los asesores humanos? ¿La automatización de las ventas desplaza puestos o redefine sus funciones? Y, quizás más relevante, ¿cómo se evita que la interacción comercial se vuelva fría, predecible o invasiva?
Desde Yalo insisten en que la intención no es reemplazar, sino complementar. Oris, explican, forma parte de un modelo híbrido en el que humanos y máquinas colaboran. De hecho, la tecnología que lo impulsa está disponible para que las empresas creen sus propios “empleados digitales”, adaptados a sus necesidades y estrategias.
Pero el matiz no elimina las tensiones. Al final, Oris representa un paso más hacia un modelo de trabajo donde la frontera entre lo humano y lo virtual se difumina. La promesa de “vendedores perfectos” que trabajan 24/7 suena tentadora para las empresas, pero también nos enfrenta a un escenario en el que las habilidades humanas deben reinventarse o, de lo contrario, corren el riesgo de quedar atrás.
Imagen: Generada con IA