Cuando en Brasil nació Pix, pocos imaginaron que, cinco años después, las tarjetas débito se volverían casi un recuerdo del pasado. Hoy, Colombia parece estar a punto de vivir su propia versión de esa historia. El nuevo sistema de pagos inmediatos Bre-B, impulsado por el Banco de la República, promete mover las bases del dinero electrónico y cambiar cómo pagamos , y cobramos, en cuestión de meses.
Camilo Zea, CEO de Pronus, una firma colombiana que asesora y estructura fintechs, no duda en decirlo: “Bre-B va a reducir dramáticamente el uso de las tarjetas débito y crédito. Es el comienzo de una nueva era para los pagos digitales en el país”.
Y no es una exageración. En Brasil, el modelo Pix desplazó casi por completo a las tarjetas débito: según cifras recientes, hoy representan menos del 5% de las transacciones que se hacían antes de su implementación. La razón es sencilla, explica Zea: “Los rieles de procesamiento de las tarjetas son más costosos. Con los pagos inmediatos, ese costo se reduce y los comercios reciben el dinero en segundos”.
Lo que enseña Brasil
El caso brasileño es un espejo que refleja el futuro de Colombia. Más del 90% de la población bancarizada en ese país ya usa Pix para todo: pagar un café, enviar dinero, o incluso comprar un televisor en cuotas. La nueva función Pix Parcelado permite dividir compras en pagos mensuales dentro del mismo sistema, sin recurrir a una tarjeta de crédito.
Un estudio de Fitch Ratings advierte que esta evolución “podría intensificar la competencia con las tarjetas de crédito, revolucionar la economía minorista y acelerar la innovación fintech”. La clave está en que el comerciante recibe el pago completo de inmediato, eliminando los retrasos típicos de las ventas con tarjeta y los costos por intermediación.
“Es una fórmula que beneficia a todos: los comercios mejoran su flujo de caja, los usuarios ganan inmediatez, y los bancos deben reinventarse para no perder terreno”, señala Zea.
Bre-B: la jugada colombiana que puede cambiar el tablero
En Colombia, el lanzamiento de Bre-B marcará un antes y un después en la forma de mover dinero. No será solo una herramienta para transferir de manera instantánea; será la base de una infraestructura abierta, interoperable y en tiempo real, donde fintechs, bancos y comercios competirán en igualdad de condiciones.
Zea recuerda que los costos de adquirencia, las comisiones que pagan los comercios por aceptar tarjetas, han sido motivo de disputa durante años. “Con Bre-B, esas discusiones quedarán atrás. Este sistema hará caer dramáticamente el uso de las tarjetas débito, y poco a poco también de las de crédito”, asegura.
¿Y qué pasará con las tarjetas?
Lejos de desaparecer, podrían reinventarse. Los bancos tendrán que encontrar nuevos incentivos ,recompensas, seguridad, crédito flexible, para mantener a los usuarios dentro de su ecosistema. Pero el mensaje es claro: los pagos inmediatos dejarán de ser una alternativa y se convertirán en la regla.
Como ocurrió con Pix Automático en Brasil, la posibilidad de programar pagos recurrentes desde la cuenta del usuario amenaza directamente el terreno de las tarjetas, especialmente entre quienes manejan cupos bajos o prefieren evitar el crédito tradicional.
Imagen: Archivo ENTER.CO